Opinión

Controversia sobre banderas

No es la primera vez, y tampoco será la última, que hagamos referencia sobre el uso -o mal uso- de la bandera como tal enseña oficial. A veces por falta de conocimiento; otras, porque se hace a propósito y a sabiendas de que se vulnera la ley, y de vez en cuando porque se tiende a innovar o, como hoy se dice, a reinventar. Pero en el reinvento radica también el error.

Ejemplo reciente se ha producido en la pasada Semana Santa, debido a que el Ministerio de Defensa dictó una instrucción del jefe del Estado Mayor de la Defensa para que la enseña nacional ondeará a media asta en todas las unidades, bases, centros y acuartelamientos desde las 14.00 horas del Jueves Santo hasta las 00.01 horas del Domingo de Resurrección, incluyendo la propia sede ministerial. Esta decisión contraviene el Real Decreto 684/2010, de 20 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de Honores Militares, el cual en su artículo 3, apartado 2, señala textualmente: “No se rendirán honores, salvo los fúnebres, y la Bandera permanecerá izada a media asta ininterrumpidamente día y noche cuando el Gobierno decrete luto nacional por un periodo de tiempo determinado”.

Y ahí surgió la controversia, porque desde el Ministerio se justifica que responde a la “tradición de esas fechas con la bandera a media asta, sin honores militares, pero con devoción castrense” y por la ancestral vinculación de las Fuerzas Armas con manifestaciones religiosas de arraigo popular como en determinadas procesiones. En cualquier caso, el mencionado reglamento no contempla el duelo religioso. Y aun más, este tipo de medidas tampoco están acordes en una España constitucionalmente aconfesional.

Y luego tampoco es de extrañar que el Parlamento de Navarra haya derogado la actual Ley de Símbolos (24/2003) de esa Comunidad, lo que faculta a las instituciones navarras a izar la bandera de Euskadi. En la proposición de ley foral se justifica que la actual regulación “ha contribuido a un camino de enfrentamiento y prohibición de símbolos que eran mayoritariamente aceptados por distintas entidades locales junto a los símbolos oficiales”.

Y mientras, el Consejo de Navarra advierte que esta revocación “puede producir una situación de incertidumbre jurídica sobre la utilización de los símbolos contraria al ordenamiento jurídico”. La controversia está servida, una vez más.

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