Opinión

Deseos para el nuevo año

Coincidiendo con el inicio de un nuevo año, cada cual hace su propósito de enmienda y establece una hoja de ruta para afrontar el futuro procurando introducir mejoras en su forma de vida y que no siempre afectan a lo puramente material, sino también a lo personal.

Por eso sería oportuno que en ese dietario se incluyese un apartado dedicado a las relaciones humanas, o si lo prefieren, a las relaciones sociales y que suponen el abecé de nuestra convivencia cotidiana. Porque vivimos en sociedad y, por ello, necesitamos observar unas normas esenciales que ayuden a mantener ese clima de concordia y de ciudadanía que se exige a cuantos formamos parte del entramado social.

Escribía Ortega y Gasset en “La rebelión de las masas” que: “La convivencia, sin más, no significa sociedad, vivir en sociedad o formar parte de una sociedad. Convivencia implica sólo relaciones entre individuos”. Y añadía: “Una sociedad es un conjunto de individuos que mutuamente se saben sometidos a la vigencia de ciertas opiniones y valoraciones”. Convivir, pues, es comportarse con respeto hacia uno mismo y hacia los demás, compartiendo espacios y reglas de juego social. Esgrimiendo valores y virtudes.

Otro autor, el pensador francés del siglo XVIII Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu, afirmaba que: “Las virtudes que enseña la sociedad no son tanto las que se deben a otros como las que se debe uno a sí mismo, son lo que nos distingue más bien que lo que nos asimila a nuestros conciudadanos”. Virtudes. Palabra que parece en desuso. Qué poco se acude a las fuentes clásicas. Por ejemplo, Cicerón: “No hay más sociedad más noble y más firme que la que constituyen los hombres buenos, semejantes en las costumbres y unidos en amistad íntima”.

Dicho esto, ahora que iniciamos nuevo año, conviene pues reflexionar acerca del papel que desempeñamos en la sociedad. Educación, respeto y actitudes positivas. Porque no vivimos solos. Somos parte de un tejido social. Aquellos que faltan al respeto a esa sociedad son quienes no desean estar en ella. Frase antológica del cómico Groucho Marx: “Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien”. Apliquémosla.

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