Opinión

Efectos colaterales

El Instituto da Familia de Ourense, comprendido dentro del marco legal de la Fundación Amigos de la Barrera y que dirige Xosé Manuel Domínguez Prieto, continúa con la programación de actividades cuyo propósito no es otro que concienciar a la sociedad ourensana sobre la necesidad de formarse, por parte de los padres en aquellas materias directamente relacionadas con la familia.

Además, estas actividades responde a la filosofía e identidad de esta institución, como la promoción de una cultura de la familia, y de la formación de las personas que trabajan por y para las familias, proporcionando herramientas útiles para la promoción de la vida familiar y para las personas que trabajan con familia, así como promover actividades docentes y de formación al servicio de la familia.

Y en esta línea se enmarcó la reciente conferencia donde se abordó la influencia de internet y las nuevas tecnologías en nuestro cerebro, en concreto, los efectos colaterales de las nuevas tecnologías, especialmente en niños y adolescentes. Y sin entrar en el aspecto puramente científico y mucho menos funcional, la verdad es que nuestra juventud está atrapada en una pérfida espiral, pues estas posibilidades que brindan los avances tecnológicos, generan efectos nocivos cuando se usan indebidamente.

El universo internauta es de por sí un gran espectro inescrutable. Precisamente, en su día, la delegación diocesana pastoral familiar, dedicó la Semana de la Familia al tema “Internet, un nuevo miembro en casa”, y justificaba “que su relación con internet, teléfonos móviles y videojuegos sea beneficiosa o perjudicial, no dependerá de la tecnología en sí misma, sino de como sociedad y como padres y madres somos capaces de facilitar que se conviertan en usuarios responsables, con criterio propio”.

La generación de los “ciberjóvenes” está sometida al socaire del mal uso de estos instrumentos de comunicación, por ello palpita en la sociedad esta preocupación y desde distintos estamentos y otros organismos garantes del equilibrio social se suscitan acciones y campañas tendentes a concienciar acerca de esta realidad. Establecen las fronteras entre el mundo real y ese universo inescrutable que encierra trampas perniciosas cuando no se discierne dónde está el peligro al sumergirse en sus atractivos. Una tecla puede actuar como un nefasto resorte. Y no siempre el cerebro está sobradamente preparado.

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