Opinión

Lapsus protocolario

Hay lapsus o errores en materia de protocolo que se producen por despiste y otros simple y llanamente por puro desconocimiento. La cuestión se agrava cuando ese desconocimiento es atribuible a responsables del correspondiente servicio o departamento que se ocupa de esta área tan específica, función que no siempre asumen auténticos expertos o especialistas científica y profesionalmente preparados.

Hablábamos aquí mismo hace unos días del lapsus producido con la colocación incorrecta de las enseñas de Galicia y España en un acto del PP que contó con la presencia de su líder, a la sazón también presidente del Gobierno, aunque sea en funciones. Pues bien, hoy queremos reseñar otro error de protocolo, en este caso relacionado con los tratamientos honoríficos.

Otra circunstancia donde se produjo otro error protocolario tiene que ver con el encabezado de una misiva. Con fecha 8 de abril se envió una carta por parte de la ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor, al alcalde de Ourense, Jesús Vázquez Abad, relativa a la integración de la alta velocidad en la ciudad. Pues bien, el enunciado de la carta anteponía como tratamiento al rector municipal “Ilustrísimo”, cuando el que le corresponde es el de Excelentísimo, tal como se precisa en el artículo 124 de la Ley 57/2003 de 16 de diciembre, de medidas para la modernización del gobierno local, conocida también como “de grandes ciudades” y que otorga ese honor a alcaldes de municipios capitales de provincia, como Ourense.

Este tipo de lapsus cuando se producen debido a desconocimiento porque se perpetran por parte de no profesionales, pueden tener una justificación, pero es peor cuando acontecen desde gabinetes institucionales donde se supone que se cuenta precisamente con personal especializado y preparado. O a lo mejor es que no es así y en lugar de haber profesionales, hay diletantes. Flaco favor a la profesión.

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