Opinión

Orientación, inclusión y coeducación

Las bases del sistema educativo gallego en los próximos años se sustentará en orientación, inclusión, igualdad y coeducación, tal como anunciaba recientemente en el Parlamento autonómico la conselleira de Educación, Universidade y Formación Profesional.

En sus propias palabras puso énfasis en que en esta nueva etapa “todos debemos traballar para que o sistema educativo e a universidade promovan o desenvolvemento do talento e do liderado nos cidadáns da Galicia do século XXI". Está muy bien como propósito de enmienda. Además, reconoció que era consciente “da necesidade de potenciar o desenvolvemento persoal e profesional do alumnado desde os centros de ensino”, pues el objetivo es facilitarles a los estudiantes la máxima información a la hora de definir su futuro personal y laboral.

También resaltó que este plan se enmarca en el convencimiento de que la orientación es inherente a la propia educación, “xa que contribúe á formación integral do alumnado, con independencia das súas capacidades ou necesidades”. Y en esa misma comparecencia subrayó la necesidad de dotar a los centros de recursos que contribuyan a difundir los principios de la escuela igualitaria “e reduzan o impacto dos estereotipos de xénero e a violencia machista", como la elaboración de una guía coeducativa.

Y por supuesto que no soslayó otra necesidad como es la de promover acciones tendentes a la mejora de la convivencia en las aulas, algo que en estos momentos no conviene minimizar, pues incluso la propia Xunta promulgó en su momento la Ley 4/2011, de 30 de junio, de convivencia y participación de la comunidad educativa y ya justifica en su preámbulo que “la convivencia en los centros docentes constituye en todas las sociedades desarrolladas un motivo de preocupación creciente, que no se circunscribe únicamente a los problemas que conlleva el mantenimiento de la disciplina en las aulas, sino también a las relaciones entre el propio alumnado, lo que ha llevado a tomar conciencia de la gravedad que revisten fenómenos como el acoso escolar”.

“La preocupación por los fenómenos de mala convivencia y acoso escolar en los últimos tiempos comienza a ser, tristemente, una noticia cotidiana. Del mismo modo, existe una demanda latente por parte de los profesionales de la educación de reconocimiento de su labor y de dotación de herramientas que permitan atajar de una manera inmediata y eficaz las eventuales conductas que atenten contra el normal desarrollo de la actividad docente”, se añade en dicho prólogo.

Lo que nadie pone en duda es que el sistema educativo no solamente se fundamenta en conocimientos académicos, sino que, con la implicación de toda la comunidad educativa, precisa unas sólidas bases de formación humanística y también de respeto que es lo que hay que inculcar y que complementa la otra formación.

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