Opinión

Tres palabras fundamentales

El papa Francisco, en su reciente Encuentro Mundial de las Familias celebrado en Irlanda, puso especial énfasis en aspectos relacionados con la convivencia dentro del entorno familiar: “Me gusta decir que en las familias necesitamos aprender tres palabras: perdón, por favor y gracias. ¿Cómo son las tres palabras? Todos digamos las tres palabras. No escucho (las personas repiten perdón, por favor, gracias)”.

Estas tres palabras a las que alude el pontífice son esas mágicas tres palabras que debe aprender un niño desde muy corta edad, porque son la base de la convivencia, el sustento de una sociedad con valores y los pilares de la buena educación y del civismo. Y precisamente, estas tres palabras son las primeras que se enuncian en el seno de la familia, pues con ellas queda de manifiesto una actitud de respeto. Y subraya el papa: “Cuando discutas en casa, asegúrate de pedir disculpas y decir que lo sientes antes de irte a la cama. Antes de que termine el día, hagan las paces. ¿Saben por qué se debe hacer las paces antes de terminar el día? Porque si no se hace la paz, la guerra fría del día siguiente es muy peligrosa”.

“Los niños aprenden a perdonar cuando ven que sus padres se perdonan recíprocamente”, continúa subrayando. Y es que los niños toman como modelo de comportamiento el ambiente de su familia y absorben las instrucciones de sus padres, que son quienes tienen la responsabilidad de su educación y de transmitir el sentido de los valores. Y enfatiza en cuanto al papel fundamental de la familia: “En toda sociedad, las familias generan paz, porque enseñan el amor, la aceptación y el perdón, que son los mejores antídotos contra el odio, los prejuicios y la venganza que envenenan la vida de las personas y la comunidad”.

Y Francisco no dejó de pasar la oportunidad de aludir a las redes sociales: “Cuando las redes sociales entran en órbita, cuando en la mesa en vez de hablar en familia, cada uno está con el teléfono y se conecta afuera, está en órbita; esto es peligroso, porque te saca de lo concreto de la familia y te lleva a una vida gaseosa, abstracta, sin consistencia”.

Tampoco es la primera vez que el pontífice hace alusión en sus intervenciones a la influencia negativa que causa entre niños y jóvenes estos sistemas de comunicación avanzada. Algo que los padres nunca deben obviar.

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