Opinión

El día

Hace unos cuantos años, muchos, cuando aún el baloncesto en nuestro país carecía de demasiadas etiquetas y se estilaban en cancha pantalones cortos, bancos de asiento y botijo, el entonces Caixa Ourense lograba en una agónica serie ante el Caja Madrid y con los puntos finales del inolvidable "Titi" García el primer ascenso a la categoría a la que hoy ansía regresar. Por entonces, julio de 1989, el que esto escribe aún se peinaba con raya, en Ourense crecían a impulsos afición y seguidores, no hacían falta demasiadas excusas para citarse en un Pazo "a estrenar" y pocas para dejar el parque de San Lázaro y plantarse en Alcalá si lo que se jugaba era un ascenso.


De aquel histórico partido al que hoy se libra, años de desencuentros y encontradas sensaciones, de regreso y media vuelta, de pasos atrás y reinicio. De aquel entonces hasta ahora, cuando el club pugna por certificar el tercero de sus ascensos a la máxima categoría, tantos cambios como nombres han jalonado el historial de un club que ayer, años después, colgaba de nuevo cartel de "no hay billetes" y hoy escenificará el tantas veces anunciado reencuentro con la ciudad a la que sirve y defiende.
Hoy, años después de aquel ascenso en blanco y negro y castellano viejo, sudado a domicilio y entre prórrogas; se cierra en gallego la serie con la que poner punto y seguido a una campaña pase lo que hoy pase ya con etiqueta de inolvidable.


El Pazo a rebosar en martes, Ourense dibujada en azules y amarillo y el club, aquel club del 89 y el que el domingo se empeñó en reiventarse, a sólo un paso de culminar un sueño. El suyo, el del Ourense de entonces y ahora, el de todos...

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