Opinión

Desde la virtud

Bill Rusell, uno de los mejores defensores de la historia en la NBA de los 60 (11 anillos con Celtics), marcó un camino que cambiaría el espíritu del juego, revolucionando drásticamente el concepto defensivo. La carrera de Rusell, emblema 13 temporadas en Boston, llegaba al extremo de que su marca forzaba la necesidad de un cambio de reglas, obligando además a las primeras franquicias a replantear su estrategia de captación de jugadores.

Defensa es precisamente uno de los primeros conceptos que, tras la necesaria y constante técnica individual, forman el día a día de escuelas y centros de formación. Defensa, actitud, esfuerzo individual y espíritu de grupo son espejos en los que mirarse en unos años, los primeros, en los que es tan evidente la mejora como significativo el ejemplo en respeto, interés y  educación en valores.

Exjugador, exárbitro (soy de los que piensan que un árbitro lo es ya por siempre), periodista y padre activo y entusiasta con el deporte elegido por mis hijos, aún sigo sorprendiéndome cada día, en cada entreno, cada partido, con el ejemplo que me ofrecen, sea cual sea el color y el escudo que representen, cientos de niños que hacen cada semana del deporte primera actividad de refuerzo de su formación educativa.

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