Opinión

Silencio

Aprieta el calor del verano y nuestros políticos comienzan oficialmente la campaña electoral al tiempo que comienzan los partidos de la Eurocopa. Millones de personas estarán pendientes de sus selecciones, cruzando los dedos o encomendándose a algún "santo" para que los futbolistas de su selección ganen la ansiada Eurocopa.

Y mientras algo tan entretenido como es el fútbol vuelve a ocupar buena parte de las conversaciones, en España hay quien aprovecha para hacer política al respecto. Por ejemplo la alcaldesa de Barcelona que en una muestra de intolerancia que la retrata decidió en su día prohibir que haya una pantalla en una plaza destacada de la capital condal para que los aficionados a la Roja puedan ver juntos los partidos. En realidad lo que la señora Colau quiere evitar es que haya gente, ciudadanos catalanes que muestren su emoción y empatía con la selección española de fútbol, que como su nombre indica es eso: la selección española. Si la prohibición es un dislate mucho más preocupante es lo que ha sucedido hace unos días y ante lo que los políticos han pasado de puntillas. Me refiero a la salvaje agresión sufrida por unas "fans" de la selección a manos de un grupo de encapuchados que las golpearon y las insultaron sin que a ningún transeúnte se le ocurriera ayudarlas.

Los encapuchados son fascistas. Sí, fascistas catalanistas. Así de claro, así de crudo. Al menos su comportamiento se asemeja al de los fascistas. Esos fascistas arremetieron contra esas dos chicas por el hecho de lucir la camiseta de la Roja, un "pecado" insoportable para esos adalides de la independencia.

Pero lo más asombroso es que no hemos escuchado a los líderes políticos decir esta boca es mía. No ha habido una condena contundente, un aviso a navegantes, nada. Han preferido mirar hacia otro lado supongo que porque tienen miedo a la "fiera".
La campaña electoral comienza al tiempo que la Eurocopa, esperemos que ambas transcurran con tranquilidad pero sobre todo que nuestros políticos no sean tan cobardones y tan tacticistas que en su intento de conseguir un puñado de votos más callan ante un hecho tan grave como que una alcaldesa prohíba que en su ciudad se puedan celebrar colectivamente los partidos de la Roja y lo que es aún peor, que alguien pueda ser agredido por lucir la camiseta de la Selección Española.

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