Opinión

Black is white

Black is black" (negro es negro), rugían Los Bravos su rock melifluo allá por los sesenta. "I"m feeling blue" (me estoy sintiendo azul), o sea, triste, berreaban. He escuchado rabias más desatadas. Y xenofobias: "Negro es negro y su apellido es mierda"; o sea, que el negro que no la caga al entrar la caga al salir. En Galicia se decía de los lusitanos. Pero no quiero hacerme la picha un lío de colores: "Black is white" (negro es blanco); y en el caso de las tarjetas black, es blanco y en botella.

¿En verdad creéis que hay delito en usar una tarjeta "para gastos de representación" que te da tu empresa? ¿En verdad que si lo hay no es  la propia mercantil la responsable? ¿En verdad que toda esta pantomima os parece un juicio en toda regla? ¡Ah, ilusos que sois de las corralas! Os magrean. Os la endiñan por salva sea la parte y creéis que son las témporas. "Calenturas otoñales, o muy largas o mortales". Bankia estaba "a porta inferi", era "una máquina de perder dinero" y los directivos se inflaban a "bonus" con la anuencia del Banco de España, que a más R.I.P, bendijo la salida a bolsa de un "enfermo inviable".    

Que no os mareen. Que no anulen vuestra rabia con la burundanga de los números en tertulias soporíferas. 12 millones de euros, en 10 años, en tarjetas de crédito de 65 impresentables que decían "amén" en el  consejo de latrocinio de Bankia es una mierda. Hasta yo, algunos meses, he gastado más en las estaciones de servicio con la tarjeta Repsol que me da mi empresa. Sin embargo a nadie escandalizan los 18 millones (mal) gastados en sueldos de los diputados en tan solo 9 meses que llevamos sin gobierno ¿Y qué me decís de los 80.000.000,00 euros  –los ceros a la derecha, aunque malversaron también los de la izquierda más siniestra- de pufo que dejaron los "políticos banqueros" que gestionaban las cajas de ahorro de los que nadie pide cuentas, ni las da, ni le interesa que se sepan? 

Qué risa María Luisa la del fiscal, en ese interrogatorio hecho a medida de la respuesta. Que integridad la de Bankia en su denuncia plagada de cohechos. Y qué ingenuos sois, vive dios –y como tal quienes nos mangaron- , si ni tigre come tigre, ni cerdo hocica en piara, ni entre bomberos se pisan la manguera por donde fluye la pasta malversada. 
Helos ahí, ante el tribunal, pretenciosos, gallardos, distendidos, como cumple a los corruptos.

Óyelos. Escrútalos. Gente de toda laya, taifa de todo credo, convirtiendo en gloria la indecencia como cumple a los que manejan fondos públicos. "Identifiquen a esos alborotadores", señoreaba hace unos días el Spottorno, aquel que  en la Casa Real era lacayo: y por lo de pronto la policía ya ha alejado al populacho que se resarcía en insultos frente al juzgado. Mordaza a la indignación. Maldecid, pero en donde no se os oiga, pringados.

Black is white (negro es blanco) y en este caso en botella, repito. Ya veréis que todo queda en agua de borrajas, en mala milk, o, si acaso, en leche desnatada, fácil de digerir hasta para quienes preferimos el café cerrero. Y las cuentas claras, claro. Porque de devolver los ochenta mil millones que nadie se lleve a engaño, "ad imposibilia nemo tenetur" (a lo imposible nadie está obligado) y estos dicen ahora que están "tiesos"... Coño, qué gran idea: ¡Talión con su justicia de ida y vuelta!: ojo por ojo, piño por piño, y por cada mil millones un testículo. Quien no ha sido varón, ni viril, no debiera tener  gónadas. Ni indulto.              

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