Opinión

La (in)justicia española y olé...

Cada día me indigna más la justicia española”, me envía en un whatsapp mi hijo mayor que es abogado. Y ahí me pone a sufrir: Pobre chico, tal vez le inculqué demasiado el sentido de la responsabilidad, el pundonor. Se toma la vida -y la profesión- muy a pecho… Y al final los jueces son una cuerda de coños de su madre (dicho sea con la venia, no vaya a ser que se me solivianten y me jodan), que se asocian en manadas y en tendencias: “jueces para la democracia”, “foro judicial independiente”, “asociación Francisco de Vitoria”, “jueces y magistrados NA (no asociados)”…; y también están los que van por libre: juezas feministas, juezas guapas, feas, juezas (y juezos) estrella, y los del Opus, y las lesbianas, y los mariquitas, y los ejemplarizantes, y los del escarmiento… ¡Uff!... ¡Vete tú a saber cuál le habrá tocado y con qué caso, y entenderás su frustración…!

O qué fiscal, que esa es otra: ¿uno catalán, que según los del PP están “contaminados por el nacionalismo radical ” y no ven siquiera los delitos “que toda la gente ve”, y si no actúan es “por presión de los poderes políticos de Cataluña”?; ¿o uno de los de la cuerda de Torres-(agri)Dulce, que según el MAS y los del Govern de Catalunya están presionados por Mariano Rajoy para querellarse contra ellos y, si hace falta, meter en el trullo a todos los que han votado el 9 N? …¡Uff! Y el dilema aún no es ese: el dilema es que TODOS los politicastros creen (son los únicos) en la independencia del poder judicial, ¡Uff!; pero según el resultado les concierna, claro… ¡Uff!...

En esos bufidos me encontraba, arrepentido también por haber, a mi vez, presionado tanto a D. Julio Dorado Calviño, hoy hombre de pro que, desde hace más de diez años ejerce con honestidad como letrado. Y por haber contribuido a convertirlo en una persona íntegra, ecuánime, justa, con empatía hacia la realidad de los que más sufren, teniendo, como tiene el pobre, que bregar día tras día, con esa panda tan politizada, tan subordinada y tan subjetiva de fiscales y de justicieros que, aun así, se hacen llamar “sus señorías”… Cuando me llegó la segunda parte del mensaje: “Una viuda cuyo marido falleció en accidente laboral, madre de un hijo con deficiencia mental severa, y de una niña adoptada, también con retraso, acaba de ser enviada a la cárcel por un delito común y con una condena mínima… Ánimo Isabel Pantoja”. Y a renglón seguido otro si: “Cuidado con lo que se desea porque se puede cumplir: de tanto clamar al cielo que se acaben los chorizos, ¿a qué extrañarse ahora por el incendio de Campo Frio?”… Y mi preocupación se trocó en sonrisa… Llámenlo, si lo necesitan, de mi parte. No es un picapleitos al uso, y les devolverá la pasión por creer en los asuntos fundamentales de la vida... Y la sonrisa.

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