Opinión

Guillermo Carro Senra

Buxus sempervirens (buxo, boj común) es un arbusto o pequeño árbol (siempre verde) originario de Europa, donde crece en forma silvestre. Desde la época clásica, fue usado en Grecia y Roma para “remarcar” jardines formando setos. La dureza y fineza de su madera hizo que se utilizara como plancha para grabados e imprentas, así como para instrumentos de viento-madera, cucharas, palas y tenedores culinarios, e incluso como sustituto del marfil y del ébano (convenientemente teñido de negro). También era nuestro preferido para las peonzas o peón de nuestros juegos infantiles.

Guillermo Carro Senra es como la madera del boj: duro, resistente, enérgico y muy activo, ejerce de policía local en nuestra ciudad, donde goza de muchas simpatías dado su carácter sencillo y su innata empatía con todos los que le tratan y conocen. Es de estas personas que como el boj, sirven para remarcar los limites que la norma impone y poseen el suave tacto del ébano y la suficiente dulzura para hacerlo con la elegante “finezza” con la que giraban las “peonzas” de nuestros recuerdos . 

Yo le conocí a través de un amigo que me habló de su faceta artística, la pasión por el dibujo. Le pedí su colaboración para enmarcar estos artículos sobre personas buenas y sencillas que, como gran mérito entre otras cosas, poseen una bonhomía contrastada. Guillermo Carro Senra no solo me ayudó de forma totalmente desinteresada, sino que por su genial capacidad interpretativa ha conseguido que la semblanza de sus caricaturas superen el contenido de mis humildes parrafadas, algo que a mí me enorgullece y halaga.

Guillermo, casado, con dos hijos, además de cumplir eficazmente con su trabajo es un hombre polifacético que además de ser asiduo del gimnasio le gustan las motos y practica la pintura y el dibujo a lápiz o carboncillo. Y es aquí, en esta faceta, donde destaca por su increíble rapidez y capacidad de resaltar los rasgos emocionales más escondidos de los personajes que a través de su lápiz él desnuda con inteligente maestría mezclando trazos con emociones. Guillermo me recuerda al protagonista del corto “La fábula del dibujante”, donde Bruno (Juanra Bonet) es un ilustrador que trata de escapar de lo anodino del día a día, de la monotonía de los lugares de paso de su ciudad, forjando su propio mundo interior y acercándose cada vez más a sus personalistas dibujos buscando el lado humano de sus personajes. 

Guillermo es de carácter alegre y cariñoso (le viene de familia), tiene la sonrisa de su tía Carmela y la simpatía y el espíritu protector de aquel entrañable Elio (del Tar) que tantos amigos y afectos dejó. Es de buen diente, le gusta comer de todo pero especialmente la tarta de galletas. No soporta la informalidad y sabe escuchar con atención y respeto a niños y mayores.

A Guillermo Carro Senra, que no es un bohemio, tampoco hace falta que lo busquemos en Montmartre, el barrio de los pintores de París, no, lo tenemos aquí, en Seixalbo, uno de los córner o esquinitas de nuestra ciudad con mayor numero de artistas por metro cuadrado.

Disculpa mi engaño Guillermo, pero la auto-caricatura solo era para que los lectores sepan quien es… el verdadero ¡artista!

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