Opinión

Juan Carlos I, si Franco resucitara

Acaba de aparecer un libro de ensayos sobre el rey Juan Carlos en el que diez grandes de la cultura española aportan datos para que la Historia, con mayúsculas, haga justicia a quien dirigió la transformación de una dictadura a una de las democracias más admiradas en el mundo, aunque sorprendente menos dentro del propio territorio.

En “Rey de la democracia” (Galaxia Gutenberg, 2017) desde Victoria Camps hasta Vargas Llosa nos inyectan autoestima: esta España es mucho mejor de lo que nos creemos, en buena parte por el trabajo del actual Rey Emérito.

Todos reflexionan sobre los 39 años de su reinado, recordando cómo desmanteló el sistema franquista y le devolvió a España –especialmente con la adaptación del Ejército a la democracia- una respetabilidad internacional desconocida desde hacía muchas generaciones, ayudando además a los políticos electos.

Si Franco resucitara no podría creerse que la España que dejó al morir en 1975 iba a tener una Constitución democrática tres años después, pese a que “Juanito” era heredero de su dictadura.

Y creería menos que este nieto del último Rey de España, Alfonso XIII, que en su día había jurado mantener las leyes fundamentales del Movimiento, tuvo la habilidad de liberarse de ese compromiso logrando que los legisladores franquistas se disolvieran, lo que propició la democracia.

Los autores, todos reconocidos historiadores, investigadores, juristas, expertos en política nacional a internacional o escritores, coindicen en que esta España es irreconocible con respecto a la de 1975.

Una España crecientemente respetada en el mundo; aunque rechacen creerlo muchos españoles que ahora sólo hablan de sus posibles yerros humanos, comunes en muchos humanos, que no opacan su labor histórica como vivificador de este desastrado país desde el Desastre del 98, incluso desde Carlos III.

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