Opinión

Nuestra Narco-Sicilia

En España está emergiendo una pequeña Sicilia con clanes de narcotraficantes que hace pocos años abandonaban sus alijos para huir de la Policía o de la Guardia Civil pero que ahora se les enfrentan agresivamente, asaltan un hospital para liberar a uno de los suyos herido y detenido, y acosan a los jueces en una escalada de violencia que, como no se pare inmediatamente, producirá oleadas de muertos.

Lo que está ocurriendo en el Campo de Gibraltar, un territorio de Cádiz colindante con la colonia británica, de 254.000 habitantes y 1.528 kilómetros cuadrados de superficie, la mitad de Álava, casi no aparece en las noticias fuera de Andalucía. En cualquier momento las mafias adquirirán tal poder que podrán hacer como la Cosa Nostra siciliana cuando asesinó hace un cuarto de siglo a los jueces Paolo Borsellino y Giovanni Falcone. A pesar de toda la represión policial posterior la mafia siciliana sigue viva, lo que señala que si se dejan crecer como cuando nació hace décadas allí, será imposible eliminar las que están surgiendo aquí. Más aún si dada su impotencia se deja corromper alguno de los 2.200 policías y 800 guardias civiles destinados en el Campo, que deberían ser el doble. Porque los narcos son generosos: 60.000 euros a los pilotos de sus lanchas neumáticas por un viaje entre Marruecos y España, 6.000 por un local donde esconder la droga una noche. 

Con la detención del gallego Sito Miñanco, uno de los grandes narcos de cocaína y heroína –aunque la mayoría en el Campo de Gibraltar es hachís—se ha descubierto que también había comprado a más de un funcionario de Hacienda.

O cambia la situación o el monstruo de los narcos nos ensangrentará cuando empiece a matar policías y guardias civiles. O jueces.

Te puede interesar