Opinión

Pedro Sánchez en Badalona

Pedro Sánchez advierte que el PSOE “nunca pactará con el PP”, como hicieron sus hermanos alemanes, socialdemócratas y cristianodemócratas, pero se ha unido a los independentistas y a la ultraizquierda antisistema para impedirle gobernar a los populares. La prueba está en distintos órganos de Navarra, en la Comunidad valenciana o en Badalona, una ciudad de 220.000 habitantes, donde el partido más votado en las elecciones municipales había sido el pepero de Xavier García Albiol. Tras las elecciones generales del 20 de diciembre, Sánchez y sus socios filonacionalistas del PSC podrían repetir en España la aventura de Badalona, entregada a la antisistema e indepedentista CUP, o como en Madrid, regida por okupas y antisemitas.

Sánchez dice ahora que quiere aliarse con Ciudadanos, pero eso es sólo una coartada: se unirá a quien le dé poder, como los leninistas de Podemos, que comienzan a demostrar su desprecio a la libertad allá donde gobiernan gracias Sánchez. Que ha prometido también que derogará las dolorosas reformas económicas del PP, pese a que están sacando al país del pozo en el que lo hundió su predecesor, Zapatero, aunque éste, en su último año, había comenzado a corregir su insensato gasto público.

En España, de momento, no hay otro camino que la austeridad, el control del gasto, y más con importantes clientes, como China y los países emergentes, sufriendo crisis que dañan las finanzas y el comercio internacionales. Situación a la que se adapta la Grecia de Tsipras, el mayor ahorrador actual de Europa, obediente fiel de la Troika. Tendrá que serlo también Sánchez porque repetirá en España lo que hizo en Badalona para que no lo identifiquen con el PP, una obsesión que señala su incapacidad para hacer política sin los complejos políticamente correctos.

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