Opinión

Que viene la derecha

Pedro Sánchez está advirtiéndole discretamente a los partidos que lo apoyaron para acabar con Mariano Rajoy que si no aprueban su techo de gasto tras la reforma de los presupuestos puede convocar elecciones generales y que entonces “volverá la derecha”. Mensaje que Podemos, nacionalistas, separatistas y filoetarras, lo debaten internamente con auténtica preocupación.

El aviso recuerda que volvería un PP económicamente más liberal y socialmente más conservador, y que los separatismos esta vez no obtendrían cuartel.

Con una coalición de Pablo Casado y Ciudadanos, su aliado natural –aunque nunca se sabe—, se impondría un Artículo 155 mucho más duro que desmantelaría el poder nacionalista catalán y asustaría al vasco.

Decir que “volverá la derecha” es arriesgado pero plausible, por la fidelidad de los electorados centro-derechistas y por el último éxito de Rajoy, conocido hace seis días con la encuesta de la población activa (EPA) del segundo trimestre de 2018. Resultó un aumento récord de 469.900 ocupados más que en el primer trimestre, lo que elevó el empleo hasta los 19,34 millones de personas, el más alto desde 2008. El paro se redujo en 306.000 personas, suficiente para que su tasa bajara casi 1,5 puntos y quedara en el 15,28%.

La última EPA socialista con Zapatero en 2011 daba 17.807.500 ocupados y el 22,85% de paro, cuya inercia aumentó sin freno hasta el 26,03% a finales de 2013.

El empleo, junto con la unidad de España, serían las principales armas de la coalición PP-C’S  para superar a la izquierda y a los nacionalismos, independentistas o no.

Por eso Sánchez y sus aliados necesitan retrasar las elecciones atenuando las demandas independentistas y esperando que siga la inercia positiva en la creación de empleo como siguió la negativa del paro tras Zapatero.

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