Opinión

Sánchez se corrige

Pedro Sánchez ha sorprendido con su firme apoyo al gobierno de Mariano Rajoy en su propuesta de aplicar el artículo 155 de la Constitución para devolverle la legalidad a la Generalidad catalana, en lugar de unirse al que hasta ahora consideraba su aliado natural por ser supuestamente de izquierdas, Podemos. Actitud que podrá negarle el apoyo podemita en unas posibles elecciones generales en las que el PSOE lo necesitaría para gobernar. Aunque Iglesias Turrión sabe que esa es su única posibilidad de alcanzar algo de poder, pues va perdiendo fuerza y ya no superará al partido creado hace 138 años por Pablo Iglesias Posse. 

Cada día parecen alejarse más los socialistas y los populistas de Podemos, una de cuyas fundadoras, Carolina Bescansa, acaba de ser desplazada de sus responsabilidades por advertir que no hay proyecto de Estado porque las alianzas con fuerzas regionales ordenadas por Iglesias Turrión habían creado una hidra cuyas múltiples cabezas pactan con partidos separatistas. En lo único en lo que están de acuerdo todos los podemitas es en tratar de derogar la actual Constitución para crear otra de corte bolivariano, empeño en el que cualquier antisistema, y los independentistas lo son también, es un posible aliado.

Su ayuda a Carles Puigdemont, que pretende romper un país de medio milenio de existencia porque, según denuncia, está gobernado por el corrupto PP, muestra tal falta de perspectiva histórica que lo hace indeseable para Pedro Sánchez, bamboleante entre su anterior rechazo e insultos a Rajoy y su acercamiento actual contra el separatismo.

Los gobiernos españoles en democracia duran cuatro años, y un partido puede ser derrotado por otro con esa regularidad, mientras que la ruptura de un país, quizás con sangre, podría ser para mucho tiempo: Sánchez lo ha aceptado.

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