Opinión

Tabarnia ahora existe

Grupos de jóvenes y mayores salen día y noche por las calles de las ciudades y pueblos de Tarragona y Barcelona para limpiar los contaminantes plásticos amarillos en honor de los autores del golpe de Estado catalanes de 2017, ahora presos. A la vez aparecen numerosas banderas de Tabarnia, fusión de las de esas provincias y con ellas las españolas y las catalanas cuatribarradas en competencia con las esteladas separatistas. Ocurre en Tabarnia, fusión de Tarragona y Barcelona, donde los constitucionalistas triunfan tradicionalmente sobre los separatistas desde que hay democracia, pero donde cada voto tiene valor inferior al del interior agrario, más separatista; por eso ha habido constantes gobiernos autonómicos filoseparatistas. La idea de crear la Comunidad Autónoma de Tabarnia, nacida como broma en un foro de internet en 2012, se ha consolidado, y si los secesionistas pudieran lograr su objetivo perderían esta zona, la más rica y productiva, que seguiría en España. Pocas bromas pueden tener tanto éxito como la de Tabarnia, desde han bautizado como Tractoria a las áreas campesinas y más pobres Gerona y Lérida porque sus nacionalistas usan sus tractores para reclamar la independencia.

Tabarnia ya no es una broma, aunque tenga un presidente temporal de broma, el creador del grupo teatral “Els Joglars”, Albert Boadella, que fue perseguido por Franco y ahora por los nacionalistas. La tesis independentista de que Cataluña puede separarse de España tras un referéndum aprobatorio con un voto más del 50%, es contestada con igual razón por quienes exigen seguir siendo españoles al ser mayoritarios en esa Tabarnia.

Al independentismo se le acaba el proyecto de imponer “un único pueblo con una única lengua” y el constitucionalismo comienza a conquistar la igualdad de los catalanes, con sus distintas lenguas y orígenes.

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