TVE, la televisión pública española, ha entrevistado para su “Informe Semanal” a Oriol Junqueras, en prisión provisional dictada hace un año por el Tribunal Supremo por el presunto delito de rebelión.
En realidad fue un golpe de Estado ordenado por el presidente de la Generalidad catalana, el huido Carles Puigdemont, por Junqueras como vicepresidente, y por otros políticos independentistas.
La entrevista de TVE sirvió para presentar al preso como un personaje dialogante, algo que también era Antonio Tejero un año después de su intento de golpe de Estado.
Desde una perspectiva histórica la secesión de Cataluña dirigida por su gobierno y su parlamento autonómicos, representantes del Estado en Cataluña, fue más peligrosa por lo factible que la del teniente coronel que tomó el Palacio de las Cortes el 23 de febrero de 1981.
Tejero no contaba con apoyo mayoritario de los militares ni del rey Juan Carlos, y la situación internacional le impediría gobernar sobre un pueblo que, desconcertado inicialmente, se levantaría enseguida contra ese aventurero y sus fanáticos seguidores, muy pocos.
Pero Junqueras tenía detrás a casi la mitad de los catalanes y enfrente a la otra mitad que reaccionó manifestándose masivamente en las calles, por lo que, si no llega a ser por el discurso Felipe VI que paró el golpe --como su padre hizo 36 años antes--, el choque de fuerzas podría haber provocado una guerra civil.
Y más guerra aún a causa del imperialismo de los independentistas, que exigen anexionarse los “Països Catalans” por las buenas o las malas.
Y TVE lavando a un golpista: la consecuencia de la degeneración política a la que se llega cuando un gobierno basa su existencia en el apoyo de los secesionistas junto con Bildu, heredero político de ETA.
