Opinión

A buen presidente

Uno de los mejores elogios dirigidos al rey Felipe que he escuchado es el que dice que sería un estupendo presidente de la República. Es verdad que el caso de Simeón de Bulgaria es incomparable y no tengo noticias de una situación pareja a lo largo de la Historia –Simeón fue primero rey de los búlgaros y más tarde se convirtió en presidente de su recuperada república- si bien sí conocemos el proceso efectuado a la inversa que, al contrario de lo que Felipe inspira en general, no es muy edificante en el caso bonapartista. En 1848, Napoleón III arrolló en las urnas, las cuales le proclamaron presidente de la II República de Francia con casi el 80% de los sufragios y, dos años después, protagonizó un golpe de Estado contra la propia Asamblea del país que presidía –un golpe de Estado contra sí mismo para ser estrictos- y se convirtió primero en príncipe-presidente y unos meses después, en emperador hasta el fin de sus días.

Felipe VI es un hombre sensato que ha demostrado, a lo largo de los tres años y medio que lleva ejerciendo su condición de monarca, sentido común, concepción de Estado, equidistancia y prudencia. Dueño de una muy buena formación, políglota en un país en el que salvo excepciones muy concretas la inmensa mayoría de los españoles no habla más lengua que la propia, se ha manifestado conciliador y sereno tras heredar su corona por la vía de apremio y en unas condiciones deplorables que le auguraban un porvenir desagradable y complejo. Y ha ganado la apuesta a pesar de que su padre le dejó en prenda una heredad hecha trizas, el comportamiento familiar le trazó un panorama desolador que colocaba la monarquía en el foco de todas las críticas y le obligaba a recuperar el prestigio perdido partiendo prácticamente desde cero y, sin embargo, Felipe ha conseguido equilibrar la situación no sin un esfuerzo notable y una planificación personal sacrificada, arriesgada y estricta. 

Es por tanto un buen rey, un jefe del Estado con autoridad fruto de su propio trabajo, y sería, sin duda, un excelente presidente de la República. Si Torra le critica es señal de que lo está haciendo bien y que defiende lo que es necesario defender. Aquello que, que yo recuerde, mucho trabajo nos costó recuperar. Que no se olvide.

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