Opinión

Alta comedia baja cocina

En mitad de un panorama tan convulso, se agradece una broma televisiva como la que este año han planteado los responsables del concurso culinario de RTVE en la modalidad en la que participa celebridades de distinta condición y que en este caso se ha resuelto con mayoría de cómicos. Un final de verano en el que planea una reedición de la Guerra Fría esta vez entre los estadounidenses y los coreanos del Norte con Japón y Rusia metidos en la pelea, es un escenario con muchos visos de drama. Si a semejante escenario le añadimos el intenso tramo final del litigio catalán, y una orgía de calamidades atmosféricas tan apocalípticas como el terremoto de México o el azote de dos tifones en el Caribe uno de los cuales produce vientos de más de trescientos kilómetros por hora, convendremos en que más vale contener la respiración y meditar sobre la transitoriedad del mundo. Por eso, esta edición de Masterchef parece pensada para eliminar tensiones y sonreír con benevolencia porque ninguno de los concursantes que han aceptado el desafío de los fogones tiene la más remota idea de cocinar pero la mayor parte de ellos son supuestamente muy simpáticos. Ayer, los jurados de siempre –Samanta, Pepe y Jordi- se cepillaron a la pobre aspirante que sobraba y el resto de los invitados  se prepara para afrontar un nuevo capítulo de  este Club de la Comedia versión gastronómica y para ello se ha fichado a personajes tan entretenidos como los del  clan Buenafuente que componen su pareja Silvia Abril, el inclasificable Corbacho y el dislocado Edu Soto, a los que acompañan otros especialistas en el burlesco como Anabel Alonso y Pepón Nieto para que la sonrisa esté garantizada y ponga cerco a la circunspección de los profesores, a los que esta declaración de intenciones pródiga en cachondeo y buen rollo va a terminar por sacarlos de quicio y pronto. Jordi Cruz ya dio un par de toques y el que avisa no es traidor.

La actriz Patricia Montero, el palista Saúl Cravioto, el modelo Juan Betancourt, la actriz Marina San José hija de Ana Belén, y Víctor Manuel, y el cantante Carlos Baute completan el elenco y cumplen algo más con el papel estándar de concursante.

Ningún es en principio capaz de freír un huevo y las mañas que ofrecieron para empezar son de primero de básica. La incógnita por ahora es descubrir cuándo ese ambiente festivo se quebrará y el tono pasará a mayores. En mi opinión, cuando de verdad se cocine y se compita. Entonces la fórmula de la sonrisa terminará en drama.

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