Opinión

La ayuda de la amistad

En el último y famosos festival Desert Trip, una ineludible cita californiana en la que este año se dieron cita un puñado de monstruos sagrados que ya son leyenda –el primer día compartieron escenario los Stones y Dylan, en la siguiente jornada lo hicieron McCartney y Neil Young y cerraron Rogers Waters y lo que queda de los Who- los espectadores se quedaron francamente turulatos cuando Mick Jagger se dirigió a una audiencia multi generacional para anunciar su siguiente canción: “esto os va a sonar un poco raro” advirtió a los presentes antes de que la banda se arrancara interpretando “Come together” un tema de los Beatles cuya autoría es por completo atribuible a John Lennon. No es la primera vez que los Stones adjuntan a su repertorio una canción de los Beatles. En el comienzo de sus carreras, McCartney y Lennon tenían una canción a medio componer, la acabaron delante de ellos y se la regalaron. Era “I wanna be your man” y los Beatles también acabaron grabándola. La voz solista la puso Ringo.

Personalmente, considero la versión que hicieron de “Come together” los Stones sobre el escenario del Desert Trip un estropicio pero, con independencia de los resultados, prefiero ir más allá de la calidad de la versión y reflexionar sobre este aparente disparate que no lo es ni mucho menos. Si los Rolling Stones no tiene empacho alguno en cantar en directo y a estas alturas de su carrera una canción emblemática de sus poderosos eternos rivales los Beatles, es que las posibilidades de comunicación, comprensión, capacidad de entendimiento y voluntad de diálogo están abiertas y yo brindaría con júbilo si un día el Barça y el Madrid se ponen de acuerdo para jugar un partido de futbol juntos contra cualquier rival de talla a beneficio de cualquier causa justa. Que las hay a mazo.

Esta curiosa y paradójica muestra de flexibilidad y cariño que los Stones han protagonizado en público es un guiño a la amistad, a la camaradería y al sano y beneficioso compadreo. Y debería mostrar el camino a seguir a muchos políticos cerriles e intolerantes que continúan empecinados en no ceder ni muertos. Los destinos del rock and roll son inescrutables. Y en general, los son para lo bueno.

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