Opinión

La amenaza fantasma

La presencia de altos federativos del fútbol mundial en Madrid con visita al ministro no solo ha despejado cualquier duda razonable sobre la presencia de la selección española en el Mundial de Rusia sino que, sobre todo, ha puesto de manifiesto la ruindad del que durante un cuarto de siglo ha regido los destinos de nuestro balompié. El pasado lunes, la secretaria general de la FIFA, una mujer senegalesa llamada Fatma Samoura, con una larga experiencia como funcionaria de primer nivel en numerosos organismos internacionales, visitó Madrid para cumplir una misión  estricta y muy adecuada. Resolvió cualquier duda sobre una pretendida intervención política gubernamental en el cese de actividades del anterior presidente e invitó a las autoridades  españolas a que resolvieran lo antes posible esta situación de provisionalidad que se cierne sobre la Federación. En definitiva, la señora Samoura no aconsejó mucho más de lo que llevan solicitando los colectivos españoles que desean despejar de una vez por todas este escenario caótico que define en la actualidad el ámbito federativo. Es decir, suspender de forma definitiva a Villar, abrir un proceso constituyente, celebrar unas elecciones limpias y sin asomo de duda, y elegir a los responsables del fútbol nacional por la vía de la honestidad y la transparencia. En un país ejemplarmente democrático como el nuestro, otra opción no cabría, pero el estado de parálisis que atraviesa la Real Federación Española de Fútbol apenas sugiere esas prendas de ortodoxia, libertad de elección y urnas abiertas que debería poner fin a este dislate.

La señora Samoura, naturalmente, no ha dicho una palabra sobre la posibilidad de expulsar a España del Mundial como el indigno Villar se permitió anunciar en una de esas ruedas de prensa de manicomio que ofreció este sujeto y en la que echo mano de la amenaza fantasma para su desprestigio y vergüenza. Villar está al margen de la Federación que convirtió en su propio huerto como consecuencia de las investigaciones en curso que lleva a cabo la Guardia Civil en  un proceso judicial abierto por la comisión de varios delitos de los que tendrá que responder ante el juez. Es tan vil y tan lamentable su actuación especulando con  la posibilidad de que  la FIFA tomara represalias con España para defenderlo que esa sola maniobra lo define sin paliativos. Otro preso político habemus.

Basta ya de sandeces. Ahora lo que  procede es acelerar su juicio y limpiar la casa. Si bien no debería olvidarse que el que ha sido tesorero suyo toda la vida es el hoy presidente en funciones. Pocas cosas hay tan grotescas.

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