Opinión

Malhechores vigilando los DD.HH.

Este viernes la ONU ha vuelto a renovar sus despropósitos al elegir como miembros de su Consejo de Derechos Humanos (DD.HH.), órgano con 47 Estados representantes de la Asamblea General, a Bahrein, Bangladesh, Camerún, Eritrea, Filipinas y Somalia, países con regímenes brutales que se suman a la larga lista de otras dictaduras sentadas en la misma organización.

Es una de esas noticias que pasan desapercibidas: esos países están entre los 18 que se renuevan anualmente para mandatos de tres años y que pueden ser reelegidos dos veces. Su gestión se iniciará el 1 de enero de 2019 y concluirá el 31 de diciembre de 2021.

De elecciones anteriores para el trienio 2017-2020 están entre otros Angola, Nigeria, República Democrática del Congo, Afganistán, Nepal, Pakistán o Catar, y del trienio 2016-2019 Cuba, Irak, China, Egipto o Sudán, por ejemplo; estos terminan mandato a 31 de diciembre de 2018.

La razón de este desaguisado por el que los lobos cuidan de las ovejas es el reparto geográfico de los puestos: 13 estados africanos, 13 de Asia y el Pacífico, 6 de Europa Oriental, 8 de América Latina y el Caribe y 7 de Europa occidental y otros países vinculados a ella.

La mayoría de las naciones de África y Asia están gobernadas por dictaduras, o con tradiciones bárbaras que no se combaten –la India, que entra hasta  2021, es uno de esos casos--, o por sistemas nada homologables con las democracias occidentales.

Democracias a las que las dictaduras juzgan por cualquier infracción, empleando un doble criterio que ha llevado a que Donald Trump ordene que EE.UU. abandone el organismo al concluir su trienio como miembro a finales de estén 2018.

Como país europeo, España es miembro y vicepresidente electo para el período 2017-2020.

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