Opinión

Periodismo en tierra extraña

Están los comentaristas políticos de los grandes diarios afilando el lapicero para iniciar el sesudo periodo de las cábalas ahora que  Susana Díaz ha convocado elecciones anticipadas, y servidor siempre dice lo mismo cada vez que hay convocatoria autonómica en una de las históricas. Dejad que sean los que saben quiénes hagan las quinielas porque los que lían el macuto y se presentan  en su triunfante papel de enviados especiales son  el vivo retrato de Juanito Valderrama, emigrantes en tierra extraña que van con una idea preconcebida al lugar de los hechos o bien, en lugar de una idea preconcebida que sería lo más razonable, van sin puta idea de nada.

Recuerdo hace muchos años, cuando las elecciones gallegas marcaban el paso de lo que estaba por pasar en el resto de España, se descolgaban en esta tierra los más grandes talentos del periodismo político y los esforzados periodistas locales tenían que guiarles la mano para que no confundieran, un suponer, a los de la boina y los del birrete y le colocaran a cada uno de los protagonistas el sombrero equivocado. Ya sé yo de algún cronista parlamentario aterrizado en paracaídas, que le adjudico a uno de los grandes de la política gallega de entonces un voto de pertenencia a los de la boina y el tío se subía por las paredes porque se tenía por muy fino e ilustrado.

Si empresa de artes mayores era entonces controlar aquella Galicia en la que todos los aspirantes a las urnas estaban en mitad de la escalera a juicio de los gacetilleros foráneos, lo es también esta Andalucía de ahora, la segunda autonomía en extensión y ejemplo prácticamente incomparable del clientelismo  más feroz, en la línea del PRI mejicano pero por fandangos. En Andalucía todo está sometido a los designios de la clase gobernante, todo está subvencionado, todo tiene su trasfondo político y todo hay que venderlo o cobrarlo, bajo el ojo que todo lo ve de Canal Sur que para eso es la tele autonómica y la controla quien la controla.

 Sospecho, eso sí, que vamos a ver nuevas mayorías a partir de ahora también en Andalucía en donde, por el momento, y mientras no se demuestre lo contrario, mandan Susana y el susanato. Incluso en Cataluña puede cambiar la tocata. De todos modos, no me hagan mucho caso que yo soy de tierra extraña.

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