Opinión

El rizo que hace historia

Un amigo mío y yo hemos conseguido documentar con carácter irrefutable lo que hasta entonces no era para nosotros otra cosa que una mera sospecha. Hemos hallado una prueba que no puede ser cuestionada y que demuestra que los indios sioux no le cortaron la caballera al teniente coronel George Armastong Custer el 25 de junio de 1876 en la batalla de Little Bighorn como figura en multitud de relatos, ilustraciones y películas que se han editado y rodado sobre el hecho, por la sencilla razón de que el famoso comandante del no menos popular 7º Regimiento de Caballería se había cortado el pelo antes de abandonar su campamento. Al parecer, su esposa Libbie soñó aquella noche que a su marido le rebanaban el cuero cabelludo los pieles rojas durante aquella campaña y le rogó que se pusiera en manos del barbero. Mi amigo y yo hemos encontrado en la red un curioso testimonio que procede del siglo pasado y en el que se muestra la subasta de uno de los cinco mechones del cabello del militar que quedaron en poder de su viuda, una mujer desconsolada  quien también perdió un hermano en el enfrentamiento. Custer estaba muy orgulloso de sus greñas que cuidaba amorosamente fortaleciéndolas con  aceite de canela pero a la batalla salió prácticamente pelado al cero, lo que son las cosas.

Podría comentar que mi vida ha cambiado tras tener constancia plena de este trascendental hecho pero me resisto a escribirlo porque no es verdad. Vale simplemente este curioso episodio que forma parte de un entorno tan popular y tan universalmente celebrado como es el Lejano Oeste para demostrar que la vida está llena de pequeñas mentiras que por un mágico efecto se convierten en verdades incuestionables sin que nadie se empeñe en desentrañarlas con lo sencillo que es hacerlo en estos momentos porque todo está en la red hasta los asuntos más peregrinos. La foto del rizo del general Custer acompañado de un texto firmado y autentificado por su nieto también está ahí, metido en un sobre transparente y acompañado del testimonio de la familia que narra la historia del postrero corte de pelo y sus inquietantes consecuencias. El bucle – entrelazado en su raíz y atado con un lacito- se vendió por 1.200 dólares y ahora es propiedad de un caballero tejano. Otra mentira histórica: Custer nunca fue general sino teniente coronel.

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