Opinión

La soledad del socialista rutinario

Salvo en Andalucía, donde ha ganado con sorpresiva solvencia unas elecciones y está a expensas de que los corruptos propios den el paso adelante y permitan con su renuncia la investidura de Susana Díaz, en el resto del país el PSOE de Pedro Sánchez parece haber supeditado su comportamiento a lo que dicen los periódicos.

Si los periódicos dicen que los acogidos a la amnistía fiscal son los que son y hay unos cuantos de ellos que están siendo investigados, el líder socialista clama porque se hagan públicos todos los nombres, y si los periódicos dicen que Trillo y Pujalte han cobrado por asesorías, Sánchez comparece al día siguiente para pedir que los destituyan.

El secretario general del partido socialista se ha entregado a una política rutinaria y cansina de exigirles a los que gobiernan decisiones que sabe no van a tomar donde pide por pedir sin ofrecer en su trabajo una muestra sólida de talento político más allá de los fuegos artificiales. El papel de eco de los noticiarios sin tomarles la delantera en el análisis de acontecimientos es un papel muy poco agradecido y muy liviano que le garantiza un hueco en los noticiarios y en los papeles que le son más próximos por ideología, pero sigue sin mostrarse un político que cree en lo que dice, con iniciativa y sentido del Estado.

Para su desgracia además, tiene en casa un ejemplo desastrosos de clientelismo político a gran escala con Griñán, Moreno, Zarrías y Chaves y no ha logrado trasmitir al elector el concepto de que es él quien los va a mandar a la calle sino las condiciones que imponen los otros partidos para permitir la gobernabilidad andaluza.

Sánchez está muy solo y se le nota. Los arreones de fidelidad que le mantienen en pie son producto de situaciones coyunturales en lugar de transmitirse como pieza clave del desarrollo de su partido, y así ha pasado con Felipe González cuando hace poco aseguro públicamente que había que estar con Pedro Sánchez aunque él no le había votado.

Sospecho que tienen un núcleo muy próximo que le acompaña y le ayuda en este desierto, pero el resto del partido apenas pestañea cuando habla. Esa soledad se palpa y se paladea y su destino no tiene muy buena cara. De hecho, Felipe y los demás le apoyarán mientras no haya otro. Y cuando lo haya…

Te puede interesar