Opinión

La tele de los bufones

Hace unos días, el Madrid padeció una hecatombe en su campo del Bernabéu donde fue merecidamente derrotado por el Barcelona y literalmente arrasado ante su propia parroquia. El partido no tuvo más que un dueño y cualquier madridista normal y natural como lo soy yo mismo es consciente de que así fue y no de otra manera. Al Madrid le pudieron caer siete y si bien es cierto que algún gol pudo también haber marcado, el sentido general del encuentro fue el de una indiscutible superioridad barcelonista. Y no hay mucho más que decir al respecto salvo agachar la cabeza, tragarse la vergüenza y tirar palante.

Pero hasta ahí, porque estamos ante una victoria clara y nítida en el curso de un enfrentamiento en el que no se dirime otra cosa que tres puntos y la posibilidad de ganar una Liga. Por tanto, el comportamiento de la Televisión Autonómica de Cataluña respecto al tratamiento de la derrota madridista es tan vil y tan indecente como suele ser habitual. La famosa TV 3, cuyos dislates pagamos todos y cuya condición de canal público ha sido trocada para servir de instrumento político a los adalides de la secesión gastando fortunas, volvió a comportarse con la misma y lamentable vileza con la que suele actuar valiéndose, eso sí, del dinero de todos entre ellos, del mío.

Yo soy uno de los pagadores de este canal manipulador y manipulado que emite espacios como ese llamado “Polònia” cuyas payasadas contribuimos a financiar aquellos que durante su trascursos somos insultados, vejados, sometidos a la más incalificable falta de respeto, humillados y zaheridos por una troupe de bufones a los que se les paga el sueldo esquilmando a las víctimas de sus bromas. El otro día le tocó la china a madrileños y madridistas derrotados, de los que la banda de TV3 se descojonó sin piedad. A todo esto, de cuando en vez se le reclaman a Montoro fondos para seguir pagando la fiesta. Montoro traga, manda la pasta, y al día siguiente le ponen a parir en Polònia los mismos a los que ha sufragado.

Montoro –y ya iba siendo hora- ha dicho basta y ha decidido no mandar un euro más si no está convenientemente clarificado. El montante de la deuda en Cataluña se multiplica porque el dinero se destina a otros menesteres que los de hacer frente al gasto público y al ministro de Hacienda han acabado por inflárselos. A partir de ahora, se cobra sobre factura y a plazos.

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