Opinión

Un chiste que no lo es tanto

Tras el encuentro en la cumbre entre los dos presidentes en Barcelona, circula por los mentideros un chiste que merece la pena ser contado. Le pregunta Torra a Sánchez para iniciar el diálogo, “¿Parla catalá?” A lo que Sánchez responde enérgico dispuesto a definir su posición de forma contundente y sin concesiones. “Ah no, presidente Torra, eso es innegociable. Parla pertenece a Madrid”. 

Como casi siempre, la realidad supera a la ficción y muchos de los que hemos estado pendientes de este peregrino encuentro sospechamos que la humorada no se aleja mucho del ámbito generalizado que presidió la reunión cuyo protocolo ofrece campo abonado para hechos sorprendentes. Esta conversación no es por tanto gratuita, y la sabiduría popular suele mostrarse con frecuencia más certera que todos los análisis políticos y disquisiciones técnicas elaborados por supuestos expertos especialmente si los expertos son sujetos como José Félix Tezanos y sus demoscopias futuristas que se columpian con la realidad reinante. El estreno de la atalaya  sociológica que regenta es paradigmático, y mucho me temo que se repetirá si, como parece, va a seguir tirando por el mismo camino.

El comportamiento de Sánchez y su grupo fuerte ha superado ampliamente el sonrojo en esta visita a Barcelona de la que en realidad no ha trascendido nada, porque el auténtico contenido de esta cumbre con todos los ingredientes que definen las cumbres, solo lo saben los que la han protagonizado. Poco margen habría para negociar si el presidente Sánchez hubiera fijado desde un primer instante los terrenos a pisar en su visita a Barcelona. Pero a la vista de las reacciones posteriores, cabría sospechar que la disposición de Sánchez a complacer las peticiones de Torra no se limitan al respeto estricto de los márgenes constitucionales sino que permiten más cosas. Al fin y al cabo, Sánchez es prisionero de Torra y sus secesionistas. Y a ellos les debe su presencia en  la Moncloa.

El chiste es pura ironía pero también pura sabiduría popular. Sánchez ha contribuido con esmero a que el PSOE pierda Andalucía tras cuarenta años. Y esto no se acaba aquí por mucho que Tezanos se empeñe. Por este camino Sánchez se lo carga todo.

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