Opinión

El planeta necesita amor: 50 años después

En el año 1967, la situación del mundo a determinados niveles, algo que como es fácil constatar en la actualidad no ha cambiado medio siglo después, era convulsa, inestable, llena de conflictos y con varias áreas del planeta en guerras en extremo sangrientas.

El 5 de junio había estallado la que pasó a la historia como la Guerra de los Seis Días, operación bélica en la que el ejército israelí destruyó casi en cuestión de horas en un pretendido ataque preventivo el 90% de la fuerza aérea egipcia; desde Vietnam no paraban de llegar a los telediarios imágenes de centenares de ataúdes envueltos en banderas americanas con los cuerpos de soldados repatriados, y de aldeas campesinas ardiendo con sus aterrorizados pobladores huyendo de los bombardeos, el napalm y el gas venenoso; en el África negra comenzó la guerra de Biafra, la tensión entre China y la URSS puso al mundo en serio riesgo de guerra atómica, e incluso en Europa, en Grecia el Golpe de los Coroneles en abril del 67 había sumido al país en un régimen de represión y terror propio de épocas que se pensaban muy superadas en la Europa supuestamente libre. Las balas seguían siendo mucho más poderosas que las canciones. 

Con toda seguridad, cuando a los Beatles se les presentó la oportunidad de ser los representantes de Gran Bretaña en la primera transmisión televisiva mundial vía satélite que se realizó hace ahora 50 años, a través del programa Our World, pensaron que difícilmente encontrarían una oportunidad mejor para lanzar al mundo un mensaje de paz, de solidaridad, de no violencia, para poner su pequeño grano de arena en la lucha por hacer este planeta un poco más habitable. Al llegarles la propuesta de la BBC de que ideasen algo para representar a Gran Bretaña en esos tres minutos de transmisión a todo el mundo a través de ese revolucionario nuevo sistema de televisión, decidieron componer -o mejor dicho, decidió componer John Lennon- una canción expresamente para este evento. Según consta en archivos fiables, los Beatles grabaron la primera toma, la primera demo de trabajo para George Martin de “All You Need Is Love” en los Abbey Road Studios londinenses el 14 de junio de 1967. 

 En esos días hasta que se emitió el programa, voluntariamente o no, los Beatles fueron noticia por diferentes motivos: el 15 de junio Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band cumplía su tercera semana consecutiva como nº1 oficial de ventas en el Reino Unido y la RIAA (la Recording Industry American Assotiation, en castellano Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos) certificaba el disco de oro para el álbum. El 17 de junio las declaraciones de Paul McCartney al Daily Mirror en las que reconocía haber consumido LSD desatan un escándalo mundial y el 19 de junio se anuncia que la banda trabaja en dos proyectos: The Magical Mistery Tour, proyecto pensado para la televisión, y Yellow Submarine, una película de dibujos animados en la que ellos mismos serían protagonistas. ¿Cabe imaginar mejor promoción para su participación en la primera transmisión vía satélite a todo el mundo? 

Gran proyecto común

El proyecto de inaugurar el sistema de transmisión de señales de televisión vía satélite con un programa internacional común emitido por primera vez a todo el mundo con la colaboración de todos los países que se quisieran unir fue una idea del productor de la BBC Aubrey Singer, quien aunque puso el proyecto en manos de la Unión Europea de Radiodifusión, se aseguró de que toda la coordinación corriera a cago del control de la BBC en Londres. La transmisión se realizó con los satélites Intelsat I, Intelsat 2-2 , Intelsat 2-3 y el satélite de la NASA ATS-1.2. y se recuerda como una circunstancia que dificultó mucho llevar a cabo el proyecto el hecho de que las televisiones de la URSS, la República Democrática Alemana, Hungría, Checoslovaquia y Polonia, que se habían prestado a tomar parte en la transmisión, apenas unos días antes decidieron retirarse del proyecto en protesta por la actitud de los países europeos occidentales, y especialmente de Gran Bretaña en la Guerra de los Seis Días. 

Este programa, que se recuerda como uno de los esfuerzos más titánicos realizados en la historia de la comunicación -contó con el trabajo de 10.000 técnicos de todos los países que participaron- y en el que por primera vez imágenes de algo que estaba sucediendo en Suecia se podían ver en tiempo real en Australia, supusieron uno de los hitos más grandes de la historia de la comunicación audiovisual.

El programa, de dos horas y media de duración, fue retransmitido a 31 países y alcanzó una audiencia estimada en todo el mundo de alrededor de 400 millones de espectadores. 

El programa fue emitido por TVE entre las 20,30 y las 22,30 de aquel 25 de junio de 1967 y después de que se programasen las piezas de cada uno de los países participantes, desde México a Túnez pasando por la propia España, Dinamarca, Japón, Italia o Canadá entre otros, la última intervención fue la británica, que conectó en directo con la unidad móvil de la BBC instalada en los Abbey Road Studios, donde aparecieron los Beatles interpretando y grabando en directo “All You Need Is Love” acompañados, haciendo coros y palmas, de una excepcional selección de lo mejor del rock del momento: Mick Jagger con su pareja sentimental Marianne Faithfull y Keith Richards de los Rolling Stones, Eric Clapton, Graham Nash, Keith Moon, batería de los Who; Mike McGear y Gary Walker entre otros. En esa especialísima versión montada para Our World, se incluyó a modo de introducción musical un breve pasaje de La Marsellesa, el himno nacional francés, un breve fragmento del “In The Mood” de la Glenn Miller Orchestra y un pasaje del “Greensleves” cuya composición se atribuye al rey Enrique VIII, fundador de la iglesia anglicana y como todo el mundo recuerda en la parte final, unos deslavazados coros del estribillo de “She Loves You”, uno de sus primeros hits a nivel mundial. 

Anécdotas para la historia: las horas previas a la emisión a pesar de la atmósfera pacífica y amistosa que reinaba entre todos los músicos que los Beatles invitaron a acompañarles, fueron enormemente tensas, en especial entre George Martin y el equipo de televisión en tanto en cuanto una de las normas que se exigían a todas las televisiones era que todo lo que se retransmitiera fuera en escrupuloso directo, no permitiéndose que hubiera ninguna pista ni material pregrabado, a lo que Martin se oponía, para evitar que se produjera algún fallo, bien por el grupo o bien sobre todo por los músicos encargados de hacer los arreglos orquestales, que no habían tenido apenas tiempo de ensayar con los propios Beatles la grabación.

Finalmente, Martin se salió con la suya y determinadas partes que sonaron fueron pistas pregrabadas, aunque los Beatles sí que tocaron y grabaron estrictamente en directo. Por lo que se recuerda, nadie avisó a Martin del comienzo de la retransmisión, y durante unos segundos estuvo a punto de aparecer ante las cámaras una botella de whisky que George Martin escondió precipitadamente y que había llevado para agasajar a los músicos e invitados, así como para relajar sus nervios ante la expectación que había despertado este acontecimiento.  

Sin embargo y por encima de todo, lo que quedó para la historia de aquel hito televisivo, de una repercusión mediática solo superada después por la retransmisión de la llegada del hombre a la luna y del ataque a las torres gemelas del 11-S en Nueva York, fue aquella imagen que sobresalió por encima de todas las que presentaron las demás televisiones. Una banda de rock que estaba cambiando, que ya había cambiado el mundo, arropada por amigos, músicos jóvenes, aconvencionales, revolucionarios, representantes de una generación que no quería seguir viviendo en un mundo lleno de violencia y que esa noche le dijeron a toda la humanidad que el mundo necesitaba amor, y que solo el amor podría salvar al mundo. 

50 años después, vivimos con miles de refugiados muriendo en las fronteras del mundo supuestamente civilizado, con Oriente medio bañado en sangre, con el extremismo yihadista amenazando la paz mundial, con un presidente en los USA dispuesto a levantar muros de exclusión, el hambre, la miseria, la violencia sigue azotando el tercer mundo… Tristemente, el mundo aún necesita amor, mucho amor. Aunque ya no estén los Beatles para cantarlo. 

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