Opinión

Quiten sus sucias manos del Posío

De verdad no tienen otra cosa que hacer que destruir los referentes históricos de la ciudad? ¿De verdad no pueden contentarse con mantener las cosas cuidadas sin necesidad de alterarlas? Ahora le toca al Posío. Este jardín nació cerrado, como todos los de su época, y está muy bien cerrado. Hace unos años unos “profesionales” listillos e ignorantes de la historia del jardín destruyeron la rosaleda, pequeña pero bonita y, sobre todo, histórica, para sustituirla por un estanque sin gracia y al que casi es imposible mantener limpio. Transformaron el delicioso rincón conocido como “el bosque” por una intervención “chorras”, eso sí, con mucha piedra, que nadie utiliza y se come la poca vegetación que hay. 

Poco después el Ayuntamiento propuso retirar el palco histórico, no se sabe por qué. Lo impidió la firma de un grupo de ourensanos mayores (Pérez Ávila, Paz Carballo, Alejandro Outeiriño, entre otros) que reclamaban no tocarlo. 

También hubo un tiempo en que los vecinos se movilizaron por su jardín y algo consiguieron. Ahora el concejal de Urbanismo propone abrirlo en una de sus fachadas con la demagogia barata de que “se abre a los ciudadanos”. 

¿De verdad es necesaria y viene a cuento esta alteración del histórico Posío que forma parte de la historia personal de muchos ourensanos? Renueven árboles, cubran la pérgola de flores, ténganlo limpio, cuidado y déjenlo como está. El cierre le da ambiente de rincón acogedor, un poco aislado, un tanto misterioso y, algo muy importante, protegido.

 ¡Por Dios, paren ya! Quieran a la ciudad, estudien su historia. Ni respetar la memoria histórica es ser antiguo ni ponerlo todo patas arriba supone modernidad. Quiten sus sucias manos del Jardín del Posío. 

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