Opinión

Algo especial

En llegando estas fechas algo pasa en el ambiente. Tal vez pueda deberse al recuerdo imperecedero de la niñez, que cogida de la mano, siempre acompaña hasta el final. Quién sabe. ¡Cuánto tardaba en llegar la Nochebuena, decían pequeños y mayores! Parecía inalcanzable. Actualmente parece como que el espacio se contrae. Da la sensación de que una Navidad y la siguiente no registran intervalo en el tiempo. La existencia vuela, los días se suceden acelerados y sin pausa, y las estaciones que dividen las cuatro partes del año, se confunden entre sí. Los inviernos ya casi son irreconocibles, no son portadores de agua y nieve; la primavera desaparece y el verano adelantado se prolonga más que nunca. Sólo las hojas doradas que revisten la tierra proclaman la suavidad y el ensueño del otoño. 

Y a pesar de que todo cambia, incluidas las personas, el sistema de vida y las costumbres sociales, diciembre, con calor o frío, tiene ese algo especial de celebración pagana para unos, religiosa para otros, pero siempre de introspección, alborozo y esperanza. Si la primavera irrumpe con la fuerza de promesas de renovación y sabia nueva, es diciembre el que las que culmina con la imagen simbólica de la maternidad. Pintores, poetas, cantores, músicos, creadores de ilusión, creyentes o no, en todas las facetas del arte han plasmado el sentimiento de ese luminoso amanecer, que es el renacimiento de una nueva vida. Los artistas han reflejado y reflejan en sus obras este precioso acontecimiento en el que la naturaleza viva participa de lleno en él, porque cada ser que respira, cada brizna, cada rayo de sol, un día vino al mundo y con ello, el inicio de una historia única e irrepetible. 

Ese es el misterio. Que aunque haya millones y millones de seres humanos o de las diferentes especies, cada uno de ellos será absolutamente singular. Por eso la vida sea de quien sea, debería ser tan preciada, porque no se puede copiar ni recuperar jamás. Ya se sabe queridos lectores lo de la clonación. Pero eso habrá que dejarlo en manos de los expertos y de los sabios y doctos responsables que tengan que pronunciarse sobre tal particular. De momento, estamos en diciembre, estas fechas que nos ofrecen lo que es la mayor riqueza y motivo de alegría. La vida de una criatura. De todas las criaturas del mundo. Ahora es necesario que no les falte nada.

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