Opinión

De mitologías y complejos

Ignoro hasta qué punto se conocen hoy las mitologías, especialmente la griega, tal vez la más extendida en Occidente, y de la que copia la romana. Todo pueblo grande o pequeño tiene la suya, aunque casi todas beben de la misma fuente en cuanto a virtudes y taras morales de sus héroes y villanos. En las mitologías universales sus personajes presentan unas psicologías que son reflejo perfecto de la esencia humana. Son como fieles retratos que reproducen en sus dioses o semidioses el quién es quién. A este respecto hay que tener presentes las tragedias griegas de cuyos personajes se toma el nombre para bautizar algunos trastornos antisociales de la personalidad o la disconformidad con aspectos físicos o psíquicos. Los expertos acuden a ellas porque en sus seres de ficción encuentran los prototipos perfectos para ser el ejemplo literal de lo que exponen. 

Así tenemos el complejo de Edipo que se basa en el apego infantil del niño por su madre en contraste con la antipatía hacia el padre. De Edipo no contaremos la historia, pero sí que en su ofuscada ignorancia llega a matar a su padre y a casar con su madre. El desenlace de la tragedia será mejor dejarlo. Luego está el complejo de Electra basado en el comportamiento femenino en la niñez, que la revela como rival de la madre en su desvelo por el cariño paterno. Electra, una de las hijas de Agamenón y de Clitemnestra, que junto a su hermano Orestes quiso vengar el asesinato de su padre matando a todos los implicados en él, incluida su propia madre. Algo así parecido a Hamlet, en femenino y sin dudas. 

El complejo de Narciso recae en el individuo que se adora y que buscará como objeto de amor su réplica para quererse aún más. Narciso, pobre pastorcillo, que un día se miró en el agua de una fuente y se quedó prendado de sí mismo. El final ya lo conocen. Seguimos con el complejo de Dafne centrado en el miedo de los jóvenes a la sexualidad. Dafne, la hermosa Dafne, que perseguida por Apolo, para ser salvada fue convertida en laurel. Sin olvidar el complejo de Caín, el niño que siente celos desmedidos del hermano menor. ¿Quién no conoce a Caín? Las mitologías y tragedias griegas son el espejo de la humanidad. Envidias, venganzas, pasiones, odios, guerras, adulterios, traiciones, violaciones, asesinatos, esclavitudes… ¿Les suena cerca? ¿Habrá mejores libros de historia?

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