Opinión

El mundo se mueve

El mundo se mueve. Se podría decir que no lo suficiente, pero en algunos aspectos ha echado a andar, aunque en otros retrocede con demasiada celeridad. Pero parece que ahora se han abierto los ojos y se observa con asombro (a buenas horas, mangas verdes), cómo se esquilma la tierra sin compasión, cuando en realidad nadie tiene el derecho de acabar con la naturaleza. Nunca en la historia tales destrozos se vieron. Los que están, deberían tener el deber, una vez recibida esta Arca de Noé por los que les precedieron, de cuidarla hasta el extremo para dejársela en condiciones a los que vengan después, hijos y nietos. ¿Realmente se quiere a la descendencia? Porque lo que de verdad parece, es el afán de dejarla como un erial. Se queman los bosques y se caza de mala manera terminando con flora y fauna de todo tipo. Y aquí llegamos concretamente a la caza para la que no sirve pretexto alguno. 

Como escribí en otra ocasión, los científicos han descubierto que los ecosistemas sobreviven por sí mismos ya que bajo ellos existe la Coherencia Trófica, que es la medida de interacción entre todo ser vivo y lo que representa su alimentación. Por esta razón, para regularse no necesitan absolutamente de la intervención del ser humano, que es el que en demasiadas ocasiones destruye este proceso matemático. De ahí la extinción de tantas especies y la amenaza de desaparición de muchas otras. Afortunadamente algo se mueve en las conciencias a este respecto, aunque no sea al cien por cien. Sin embargo, hay que conformarse de momento con los primeros pasos que se dan. Viene esto a cuento de la noticia sobre las más potentes líneas aéreas norteamericanas que prohíben terminantemente transportar trofeos de caza. Lo que limita de alguna manera la caza y sobre todo la caza ilegal, que es la que hace el negocio más sucio. Si todas las compañías de transporte decidiesen tomar las mismas medidas, aunque surgieran otros sistemas para llevar a su destino lo que no debería salir de sus países de origen, ya estarían los cuerpos especializados y los medios de que disponen, para frenar, evitar y castigar tal delito. Cierto que los delincuentes seguirían con sus malas mañas, pero se les haría más difícil el comercio. Enhorabuena a esas grandes compañías aéreas, ahora más grandes por esta decisión. Sólo falta que todas las demás tomen ejemplo.

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