Opinión

Gripe al ataque

Si repasamos las hemerotecas de cada año por estas fechas, la gripe se erige en el principal protagonista de las noticias. Enero del 2017 no iba a ser la excepción, a pesar del terror al Trump que ha de venir, a las solitarias pataletas de Piqué y a las pirómanas dedicatorias de Sergio Ramos a la barra brava sevillista. Pero, ¿por qué se repite este mismo fenómeno una temporada invernal tras otra, con interminables filas de afectados formando largas colas en los centros sanitarios?

La estacionalidad de estas epidemias ha sido establecida mediante su verificación epidemiológica. Pero los expertos todavía no tienen demasiado claro el por qué de su mayor incidencia cuando la invernía llama a nuestras puertas. Parece ser que los virus causantes sobreviven mejor en condiciones ambientales frías, y que la tos y los estornudos más frecuentes por los resfriados contribuyen a propagar estos virus por el aire. La gran variabilidad y la capacidad de mutación de estos microorganismos colaboran en el empeoramiento del problema. Cada temporada, las vacunas antigripales contienen cepas diferentes, teniendo en consideración las recomendaciones de los virólogos y los epidemiólogos. A pesar de ésta y otras medidas preventivas, muchos expertos continúan quejándose de la reiterada falta de previsión de nuestro sistema sanitario.

Hace siglos, ante la escasez de campos para sus cultivos, los habitantes de Flandes se las ingeniaron para ganarle grandes extensiones terrestres al mar. Presas, molinos, canales y una amplia red de drenajes fueron diseñados para mantener fértiles sus explotaciones agrícolas, evitando las subidas de las mareas y las inundaciones de sus pólderes. A esto se le llama efectividad, porque fueron eficaces y eficientes. No lo fueron tanto aquellos otros prójimos que en lugar de modificar el trazado de las peligrosas curvas de sus carreteras, prefirieron construir hospitales en la vecindad para los lesionados y los heridos. 
Con el manejo de la gripe deberíamos aprender algo más de los antiguos holandeses. Si se espera una sobrecarga asistencial temporal y estacionaria, habrá que organizar los recursos humanos y materiales para hacerle frente. Esto no es gratis, pero no tiene por qué ser caro. Las campañas de vacunación efectivas, destinadas a los personas de los grupos de riesgo, representan una herramienta fundamental. En este caso, la colaboración de los pacientes es muy necesaria, de la misma manera que ayudaría mucho evitar que los casos menos graves acudiesen directamente a las urgencias de los hospitales sin pasar antes por los servicios de atención primaria.

Y por último, prevenir los contagios evitando lanzar millones de virus al aire con cada estornudo o golpe de tos (utilizando pañuelos desechables y mascarillas), una sencilla medida preventiva tan eficaz como el correcto lavado de las manos. Aunque la gripe es capaz de provocar cinco mil fallecimientos anuales en España, la mayoría de los casos se resuelven con unos días de reposo, asegurando una adecuada hidratación, no tomando antibióticos innecesarios y sí los fármacos antitérmicos y analgésicos que nos prescriba el facultativo. Contra la gripe, más flamencos, pero de Flandes.

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