Opinión

Con luz propia

En apenas cinco días el Foro de la Región ha conseguido convertir a Ourense en el epicentro de una actividad cultura e informativa frenética. Además de las conferencias sobre turismo y vino, un paseo por O Ribeiro, a cargo de Carlos Alberte, y la presentación de la novela "Tierra sin hombres" de la extremeña Inma Chacón, ambos en el Centro Cultural Marcos Valcárcel. 

Otro enclave vital acogió sendos discursos con cena y comida de gala. En el marco de Expourense, donde viene siendo habitual la celebración de este tipo de eventos, primero le tocó el turno el pasado lunes 15 a  Robert Kennedy, hijo del asesinado Fiscal General de los Estados Unidos y sobrino del también tristemente abatido presidente JFK. Descubrió su vocación medioambiental al ser fichado por Riverkeeper tras cumplir condena por posesión de heroína. Pese a padecer una disfonía espasmódica, Kennedy Jr. habló alto y claro. Jurista, experto medioambiental, fundador de la ONG Waterkeeper Alliance y empresario fotovoltaico, alabó la sostenibilidad denunciando la posición de Washington a la hora de defender el origen fósil de la electricidad dentro del gigante americano, abogando por alternativas energéticas sustentables aunque fuertemente castigadas por la legislación de su país.

Ante una nutrida representación de la vida cultural, empresarial y social ourensana, el activista estadounidense planteó una realidad medioambiental de la que no está exenta Galicia, con la producción térmica de las ciento cuatro plantas de cogeneración eléctrica a base de gasóleo, gas natural, fuelóleo y energías residuales, o las consecuencias ecológicas de los embalses. Ante un atento auditorio, Kennedy criticó asimismo al Gobierno del PP, llamando a derogar lo que calificó de absurda ley del impuesto al sol, invocando fuentes verdes como mecanismo de regeneración del entorno, protección de la naturaleza, así como germen de recursos energéticos y económicos. 

El 19 de mayo tocó el turno al también jurista Martín Godino. Considerado uno de los treinta mejores abogados laboralistas del mundo, este madrileño de 54 años es socio- director de Sagardoy Abogados y director general de la Fundación homónima. Profesor de Derecho del Trabajo que desarrolla su actividad docente en las universidades Carlos III y San Pablo CEU, y  miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación desde el año 2011, ha liderado el recurso ante el Tribunal Supremo relativo al Registro Laboral. 

Sobre la mesa el artículo 35.5 del Estatuto de los Trabajadores que obligaba al registro de la jornada ordinaria de trabajo, a fin de establecer el cómputo de las horas extras y evitar el abuso a los trabajadores en la contratación a tiempo parcial. La consecuencia del fallo del Tribunal Supremo en esta materia exonera de la obligación de tal registro por parte de la empresa, aunque de no hacerlo invita a reclamar el abono de las extras a todo trabajador que pueda probar las horas extraordinarias prestadas a su empleador. 

Pero si hay algo que pone de relieve esta sentencia, en la que los propios magistrados recriminan a los legisladores la falta de previsión, es la mala costumbre de aprobar leyes que, lejos de tener lagunas, muestran verdaderos agujeros negros, facilitando el uso perverso de la norma dentro de esa visión popular de que hecha la ley, hecha la trampa.

Dejando al margen que la ley en su desarrollo se deroga a sí misma y la imposibilidad de implementar normativas con frecuencia polarizadas entre las distintas administraciones, entra aún en chanza las directrices europeas que, siendo de obligado cumplimiento para los miembros de la UE, se elude su aplicación ninguneándolas como la posición del Ejecutivo en lo referente a la legislación en materia energética o la de propiedad intelectual, entre otros ejemplos,  caracterizando a España como el país donde más leyes hay y menos se respetan.

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