Opinión

El día después

Las urnas apagan sus ecos perfilando uno —o muchos— nuevos gobiernos, algunos previsibles y otros sorprendentes, mientras a estas horas más de un rival corteja a su competidor para poner pie, o mejor dicho, sentar posadera donde el requiebro se lo permita.

No queda claro el esfuerzo de la justa, ni los medios de los que cada contendiente ha dispuesto. En tanto los ayuntamientos han dispuesto unos espacios para cartelería, en zonas céntricas donde exhibir la feria de las vanidades, hay partidos que han decidido que todo el bosque es orégano, y ni cortos ni perezosos han visto en cada pared que les haya venido a cuenta, o en cada cristal de escaparate una superficie válida para pegotear su propaganda.

En la calle del Paseo, en pleno centro de Ourense, uno de los escindidos del reino de taifas del BNG, se apuró a encolar su publicidad en el portón de un local, coronado por un letrero del ayuntamiento donde se prohibe fijar carteles, detrás vinieron sus antiguos socios a disputarse el terreno vedado. Mal empezamos cuando los que aspiran a gobernar empiezan por pasarse las normas por el forro. Por si alguien tiene algo más que decir guardo fotos del desaguisado.

Pero la primera tanda de los comicios ya ha transcurrido, queda para un futuro una nueva convocatoria. Ahora falta por ver cuántas formaciones políticas emplearán el mismo ahínco en retirar de las paredes y farolas su publicidad, sin que, como en ocasiones anteriores, tengan que ser operarios municipales los que arreglen el despropósito, cargando a todos los ciudadanos el coste de la dejadez de unos cuantos candidatos y sus camarillas.

Ya van siendo horas de que desde el Concello se multe a los partidos que peguen carteles en lugares indebidos o abandonen sus carteles hasta reducirse a girones en los postes o paredes, y que se les obligue a todos a limpiar a sus expensas al acabar las elecciones. La convocatoria para las generales está a la vuelta de la esquina, de modo que de hoy en adelante, aquellos que aspiren a administrarnos, se conduzcan como los primeros en ser respetuosos con las normas, el decoro, y la ciudadanía.

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