Opinión

Algunos cambios necesarios

Lo primero es que ya podemos ir de elección en elección, hasta sumar varias en el mismo año, que no por mucho convocar al ciudadano la democracia resulta mejor, pues hasta que no se cambie el sistema de elección de nuestros representantes la cosa va a ser que ni fu ni fa, ya que el actual sistema protege ‘el ponerse firmes’ ante los comités electorales en cada partido por encima de cualquier otra posibilidad. Parece que nadie caiga en la cuenta que para afrontar la gran ventisca de crisis sería preferible doblarse como espiga que mantener ‘firme’ la columna/postura que quebrará ante la poderosa fuerza de la naturaleza.

Que sobran administraciones solapadas lo saben hasta los más interesados en ellas. Una cosa es defender que las haya porque te dan de comer y otra diferente que no reconozcas lo que sobra en el plato competencial. Que hay que adelgazar para que no se infarte el cuerpo es algo bien sabido por cualquier observador de la salud del obeso sistema, pero hay que comprender el rechazo de parte de este funcionariado que vería peligrar su puesto laboral. Para ello, no teman, hay una posible solución, mucho más razonable en este caso que en aquel otro financiero de plan de rescate a las cajas del despilfarro. Si a los trabajadores de aquellas se les ofreció la prejubilación en número necesario para ajustar plantillas que permitieran sobrevivir a las entidades financieras que las absorbieran, así podría pasar también con las administraciones actuales que es recomendable sustituir para que haya vida después de su entierro. Sinceramente no creo que fuera difícil convencer a los mayores de cincuenta y cinco a que pasaran a disfrutar de la jubilación anticipada, al igual que ha ocurrido con los amigos del caso bancario, o anteriormente con los militares de la reserva activa. Es mejor esto, apencar los del presente con una situación que nos lastre durante un tiempo pero se pueda resolver algún día, que traspasar la hipoteca insufrible de tantos niveles administrativos, nada menos que ‘cinco’, a los que vengan en el futuro.

Otra cuestión importante a reformar es el reparto del trabajo. En un mundo donde las nuevas tecnologías sustituyen la mano de obra es lógico pensar que cada día que pase la máquina sustituya más y más ese bien escaso que es el trabajo. Es hora de ir pensando en cierta incompatibilidad de empleo público y privado. No puede prosperar ningún país donde la mentalidad mayoritaria entre sus jóvenes sea sacar una oposición, ¡a vivir que son dos días!; pero es lógico este pensar si se premia la seguridad, no solo ya sin coartar la libertad sino que incluso potenciándola ante la competencia. Es necesario el debate ante el grave problema laboral que suscita el viejo dilema de seguridad y/o libertad, pues la libertad de uno termina donde empieza la de los demás, y muchos ‘demás’ necesitan trabajo para que comience su libertad. Pero, siguiendo con la incompatibilidad, exijamos acabar con aquella que peor huele y que trata de puestos laborales anexos a cargos políticos. Esa puerta giratoria de la que tanto se habla pero que nadie inmoviliza, de flujos entre consejos de administración de empresas privadas o públicas y responsabilidades administrativas y/o políticas. Ejemplos pavorosos como el de Aznar, Zapatero o Felipe, por poner tres ejemplos de máxima autoridad gubernamental que se aprovechan después para recoger dinero a manos llenas de corporaciones y grandes empresas, además de chupar del bote Consejero de Estado por haber sido lo que fueron. Puñetera vergüenza les debía dar pero se la pasan por el forro de … forrarse hasta donde puedan.

Por asociación de ideas, junto a política cabe hablar de corrupción, y como atajarla, pero aquí se me cruza la medida alocada de un amigo que podría ser hasta oportuna ante este momento de pillería generalizada, cual es legalizarla en una escala de latrocinio suficientemente alta pero nunca tanto como esa luna de Valencia, o de ERES de Andalucía, o de Catalonia Pujolista, o de Gurtel popular, o de pokémon galaica, o de … Lo siento pero lo tengo que dejar aquí porque ya no me quedan líneas para continuar, pero algún día seguiremos con los cambios necesarios.

Te puede interesar