Opinión

Soluciones

Abrir el periódico y no cerrar los ojos significa más y más corrupción a la vista. No hay día sin nueva ¡sorpresa-sorpresa!, por ejemplo la que ahora toca mis narices al leer la prensa y que me hace volver sobre este tema maldito de hoy, ayer, mañana y después, porque la vida conlleva corrupción como una segunda piel de nuestra naturaleza. Ahora es una tipa llamada Helga la que se destapó cobrando comisiones como gerente del Palau de Valencia, de un diez por ciento nada menos, a resultas 508.000£, aparte sueldo y dietas en un mayor desnudo que me imagino. Este es uno más del sinfín de los que acampan a sus anchas desde puestos de responsabilidad a dedo político. Sigue, por supuesto, el tema de los Pujol con Más, quiero decir con más jeta que nadie negando la evidencia con pruebas que cada día salen sobre pilas de dinero negro, sucio, blanqueado en aguas transparentes del Caribe; no se explica uno que esta familia siga siendo una, grande y libre como un eslogan de régimen en un territorio que no reacciona ante tanto mangante que vende burras enfermas. ¿Y que me dicen de los que irrumpen con una fuerte inocencia escupiendo hacia arriba contra el poder que nos gobierna desde hace décadas repartiéndose el pastel y que asoman su patita confundiendo a un personal ávido de cuentos al tiempo que esconden el lobo que llevan dentro?; al respecto, hagámonos mirar lo de Tania y familia, que se quieren como hermanos pero no se enteran de los asuntos que llevan entre manos cada uno y así resulta un hermanísimo grandemente favorecido por las cantidades millonarias que trafulcan desde el ayuntamiento los padres y hermanos. O que me dicen del amigo Billetero que se forra a costa de México, Venezuela, Colombia y Ecuador, países donde su ejercicio de asesor valoran extraordinariamente hasta el punto de subir la minuta de los cuatrocientos mil euros, un moco de pavo según él gracias a su fin ‘a golpe de Tuerka’ de financiar una televisión propagandística y fanática que justifica tales medios; desde luego, estos profesores universitarios como Monedero o Errejón que creen poder predicar lo que les conviene sin dar ejemplo, ni siquiera en su propio feudo universitario donde están siendo investigados por distintas y diversas irregularidades, deberían pensar en aquellas premonitorias palabras de Diderot: ‘del fanatismo a la barbarie media solo un paso’. Fanáticos en acabar con todo lo malo de la casta, por ejemplo los asesores de la mano extendida, pero siéndolo ellos mismos por detrás o en el exterior, que además es peor para el conjunto de la sociedad porque la pasta no pasa por la caja de todos o IVA correspondiente.

Podríamos seguir y seguir contando cuánto se ‘afana’ desde el poder pero vayamos al título de este artículo, pues para un roto hay un descosido y busquemos nueva solución a este grave problema, por ejemplo la que me facilita un doctor amigo, o señor Liceras, y que propago por inteligente, al menos así me lo parece, esto es: ¡legalicemos la corrupción! Noooooo, no se echen las manos a la cabeza, y pensemos sosegadamente; si legalizamos toda esta pasta, que no sé quien calculó en un montante superior al gasto sanitario del país, al menos pasaría por Hacienda y haríamos caja para poder ser atendidos en urgencias antes de quitar nuestro clavo de dolor con otro peor, puro aburrimiento de esperar atención. Así, de sopetón, quizás parezca una barbaridad, pero razonando un baremo de acciones corruptas que nos guíe justamente, haciendo una escala de mangantes tipo y sumas máximas para meter la mano, podríamos calibrar los montantes en función de cargos, condición, capacidad de inf luencias y otras medidas que intervienen en esta industria merdeira pero tan potente, y seguro que ahorraríamos mucho dinero, justicia y moral. Tanto que hasta podríamos colgar medallas de buenos corruptos al ser ya una acción legal. 

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