Opinión

La broma ha terminado

Lo ha dicho Albiol desde sus dos metros de altura, vozarrón que clama contra el independentismo y candidato que no se inmuta cuando le acusan de xenófobo: “La broma ha terminado”.

Lo ha declarado Albiol cuando acompañó a Rafael Hernando al registro del Congreso de los Diputados para presentar una proposición de ley urgente para que el Tribunal Constitucional pueda multar, e incluso suspender de funciones, a quien no cumpla alguna de sus sentencias.

No temblará Mas porque Mas tampoco es de lo que se inmutan, pero esa propuesta que saldrá adelante porque al PP no le dolerán prendas si se ve obligado a aplicar su mayoría absoluta, significa que si los independentistas ganan las elecciones del 27 de septiembre –o aunque no las ganen, ya sabrán cómo trampear- se pueden olvidar de llevar adelante la famosa “hoja de ruta” que acabaría con la declaración de independencia. Quienes se empeñen en esa independencia pueden perder sus cargos. Y es sabido que desde el salón de casa no se tiene la misma capacidad de decisión que desde el sillón de la presidencia de la Generalitat, la presidencia del Parlament o el escaño de diputado.

Ser acusará al PP de apretar a Mas y acólitos, pero si hay alguien que aprieta las tuercas a los españoles, incluidos los catalanes, son precisamente Mas y sus acólitos, que además manejan resortes políticos, económicos, institucionales y periodísticos para tratar de alcanzar sus objetivos. Rajoy se ha plantado, y la proposición de ley coloca a los independentistas en una situación complicada.

No es la única. Los sondeos advierten que el independentismo pierde fuelle, la patronal catalana Fomento al fin ha dado el paso que se le pedía hace tiempo y ha hecho público un comunicado en el que expresa su “máxima preocupación” ante lo que espera a los catalanes si se desgajan de España, y hasta Ángela Merkel ha entrado en la batalla para apuntar a Mas que hay que cumplir la legalidad de Europa y de España y que no cabe en la UE romper la unidad de España.

A ello se suma la importante, importantísima carta abierta de Felipe González, todo un revulsivo para los tibios y un torpedo a la línea de flotación de los independentistas. El expresidente se ha expresado como hace siempre, sin complejos, sin miedo a las críticas.

Coinciden también estos movimientos con que el PSC de Iceta tiene posiciones muy claras respecto a la independencia, y que tanto el Psoe como el PP nacional van a echar el resto en la campaña electoral catalana.

Comienza el curso político con la misma prioridad sobre la mesa: parar los pies a Artur Mas, Junqueras, Forcadell, Romeva y demás familia. Una familia en la que además se empiezan a vivir tensiones, roces, celos, luchas por el poder, discrepancias y hasta algún gesto desabrido.

Lo mejor que podía suceder.

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