Lo ha dicho el ministro de Interior en el acto de adhesión de cuatro nuevos partidos al pacto contra el terrorismo islamista: cuantos más, mejor.
Tiene razón Jorge Fernández y seguro que sus palabras las suscriben no solo los firmantes sino quienes creen que la unión hace la fuerza y que ese pacto es un instrumento importante para luchar contra el fanatismo yihadista. La prueba de que es importante la unión es que la idea de firmar un acuerdo fue de Pedro Sánchez, poco después de los atentados contra la revista Charlie Hebdo y un supermercado de productos judíos, productos kosher, y Rajoy aceptó la idea desde el primer momento, sin complejos, aunque procedía del líder de la oposición.
Hoy son nueve los partidos que forman parte de ese grupo que planta cara abiertamente al Daesh y a sus acólitos, y lo que no se comprende es que Podemos e Izquierda Unido no hayan querido sumarse. No sirve ninguna de las explicaciones que han alegado, ninguna. La valentía se demuestra cuando vienen mal dadas, y se equivocan al equiparar las víctimas del yihadismo con las víctimas civiles de los bombardeos de la Alianza. Entre otras razones porque estas víctimas civiles, que duelen, son producto de la perversidad del Daesh, que utiliza escudos humanos para tratar de impedir que la fuerza aérea de la Alianza alcance sus objetivos. Si la maldad en estado puro existe, que existe, se encuentra sin duda en un ejército islamista que ha asesinado a docenas de miles de cristianos con los métodos más atroces, y a un número aún superior de musulmanes a los que no consideraba suficientemente ortodoxos. Que no venga por tanto la izquierda demagógica a dar lecciones de cómo actuar frente a un movimiento que no pone límites a los métodos a utilizar para imponer su criterio.
Coincide la firma de nuevos miembros del pacto con un ambiente de temor generalizado ante la brutalidad de los atentados de París, , y coincide con la noticia de que Estados Unidos ha alertado de la entrada en España de cuatro terroristas que han cruzado las fronteras con pasaportes sirios falsos. Desgraciadamente no es el primer caso de yihadistas que utilizan documentación siria para tratar de que se les abran las puertas en países de la UE haciéndose pasar por refugiados que huyen de la guerra. Todas las cautelas por tanto son pocas, y los que se juegan la vida tratando de localizar y detener a los yihadistas merecen, cuando menos, el respeto de la población a la que protegen y el apoyo de los partidos políticos.
La automarginación de Podemos e Izquierda Unida es la demostración palpable de que determinados dirigentes solo se sienten cómodos en el oportunismo, y cuando se les piden sentido de la responsabilidad, se niegan a aparecer en la foto. O se ponen de perfil.
