Opinión

El ausente

No estaba, pero estaba. En el Congreso de los Diputados se hablaba más del futuro de Pedro Sánchez en función de la moción de censura que de quien la había presentado, Pablo Iglesias. El ausente estaba presente y se especulaba sobre el más favorecido por el  embate parlamentario, si Pablo Iglesias o si Pedro Sánchez. 

Iglesias no ha cumplido su objetivo principal,  afianzarse como líder de la oposición. Demasiado turbulento a lo largo de la moción, demasiadas carencias, demasiadas propuestas inviables. No consiguió, ni de broma, salir investido como principal referente de la oposición. Es la razón de que se dieran tantas coincidencias en que la  superficialidad de Iglesias afianzará a Sánchez como líder de la oposición a pesar de sus peripecias últimas.

 Tendrá que trabajar  Sánchez a fondo para que se le vea en ese puesto, y no lo tiene fácil al no contar con escaño en el Congreso; pero Iglesias le ha hecho un favor al desaprovechar la oportunidad de la moción de censura. Se esforzó  Pablo Iglesias y lo hizo con eficacia, pero lejos de lo que se espera de un presidente de gobierno.  

Sánchez ha encontrado además con una importante ayuda: la intervención de José Luis Ábalos, con un discurso impecable, sólido, contundente, profundo, en el que sacó de plano a Iglesias para dedicarse solo y exclusivamente a arremeter contra el gobierno de Rajoy. Es decir, para presentar al PSOE como el partido de la oposición. El incuestionable principal partido de la oposición. Veremos si se confirma que es portavoz de corto recorrido, Ábalos prefiere pasar a Ferraz para ocuparse del necesario relanzamiento del partido. Es Sánchez quien decide, y no será fácil sustituir a Ábalos en ese cargo parlamentario, porque no anda muy sobrado el PSOE actual  de buenos diputados. Y los que hay,  jugaron a la contra de Sánchez y no perdona.

Las mociones de censura se presentan para debilitar al gobierno y para promover una alternativa. En este  caso, no se ha conseguido una cosa ni la otra: Rajoy ha superado con éxito la prueba a pesar de sus muchos flancos débiles y se defendió brillantemente  de todos los golpes, incluidos los bajos. Pablo Iglesias, brillante también en algunos momentos, sin embargo no dio la imagen de un político que puede salvar un país que sufre importantes problemas.  

Para desgracia de Pablo Iglesias, sus debilidades convierten a Pedro Sánchez en la esperanza blanca de los que se sienten de izquierdas. A pesar de que llevó al PSOE a una situación insostenible con unos pésimos resultados electorales, a pesar de que provocó la ruptura de su partido y a pesar de que como dirigente político tiene mucho que aprender. Pero ante la posibilidad de que pueda gobernar el Pablo Iglesias que se vio en la moción,  infinidad de votos socialistas que huyeron a Podemos pueden plantearse el regreso a sus siglas de siempre. Las siglas a las que Ábalos intenta relanzar presentando eficazmente, y con entusiasmo, el nuevo proyecto de Pedro Sánchez. 

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