Le llamaban así políticos y periodista, por su abundante pelo blanco desde muy joven y porque José Pedro Pérez Llorca destacaba por su astucia en el mundo de astutos que se movían en la Transición. Zorro plateado.
En un viaje de los reyes a Noruega, siguió la broma de los periodistas que le colocaron una piel de zorro blanco grisáceo sobre los hombros y se hizo una fotografía con todos. La relación con él era fácil, por su carácter, por su visión política y su conocimiento de la actualidad . Su situación privilegiada le permitía tener todas las claves: ocupó tres carteras con Adolfo Suárez y Calvo Sotelo le mantuvo al frente de Asuntos Exteriores para dirigir un capítulo importante: la entrada de España en la OTAN con un PSOE muy fuerte en contra. Tanto Calvo Sotelo como Pérez Llorca tuvieron que lidiar con un Felipe González que era adversario inteligente y duro. Luego Felipe rectificó cuando fue presidente.
Aquellos hombres y mujeres de UCD se hicieron políticos de altura aguantando adversidades día sí y día también, pero Pérez Llorca aguantó el tipo como el que más. Su experiencia más apasionante, sin duda, la redacción de la Constitución. De todos los títulos y cargos que había ocupado el que más le satisfacía era el de "Padre de la Constitución", a pesar de sus tres ministerios, poner nombre a uno de los bufetes de abogados más prestigiosos cuando dejó la política activa, y ser presidente del patronato del Museo del Prado, trabajo último que le entusiasmaba.
El pasado día 6 de diciembre apareció en la recepción de la Constitución que se celebra todos los años en el Congreso. Pérez Llorca, como Miguel Herrero de Miñón, no faltaban nunca. Sorprendió el aspecto físico de José Pedro, se le notaba enfermo.
No hacía falta ser desconsiderado y preguntarle por su salud, él mismo se adelantaba para explicar que había pasado una mala racha, pero estaba superada. Sí comentó su tristeza por lo que se estaba viviendo con el independentismo catalán y por la ausencia de los nacionalistas vascos y catalanes en esa recepción en honor de la Constitución.
Ante la noticia de su fallecimiento han sido multitud los elogios a su figura, a su trayectoria, a su contribución a la creación de una nueva España tras la dictadura. PSOE y Partido Popular, tan crispados y enfrentados estos días, al menos han escenificado durante unas horas el espíritu de concordia que hizo posible llevar a cabo la Transición.
