Opinión

Errores monumentales

La ceremonia de los Oscar ha conseguido lo que parecía imposible: todo ha pasado a segundo plano ante el error histórico que han adjudicado a Warren Beatty y Faye Duneway y que en realidad ha sido del representante de Price Waterhouse encargado de entregar los sobres a los actores.  

Mal día le tocó en suerte a Francesc Homs para comparecer ante el Supremo, ni la parafernalia de acompañantes ha conseguido que la equivocación con Moonlight pasara a segundo plano, ni tampoco han tenido éxito Pedro Sánchez y Patxi López, que pretendían que sus mítines en Burgos y Rioja lograran algún espacio en los medios de comunicación, y sin embargo han pasado sin pena ni gloria a pesar de que el exlehendakari ha dicho bien alto que no tiene la menor intención de retirar su candidatura. 

Piensa aguantar hasta el final, así que Sánchez y Díaz ya pueden ir haciendo las cuentas dividiendo entre tres, en la situación actual.

Casi mejor que la equivocación de los Oscar se haya convertido en protagonista única de  la jornada. Casi mejor porque una vez más se ha demostrado que Pedro Sánchez demuestra que su visión de la jugada es más bien parca.

Ya le ocurrió en el pasado cuando pretendió acordar al mismo tiempo con Podemos y con Ciudadanos; debía ser el único español que no entendía que era misión imposible poner de acuerdo a dos partidos tan lejanos en ideas y planteamientos. Y luego fue también el único español que no advertía que Pablo Iglesias quería llevarle al huerto, no tenía la menor intención de ser segundo de su gobierno. Solo se conforma con ser el primero sin ninguna discusión posible.

Sánchez ha sacado pecho con un mitin en Rioja, pero aquello no fue bien. No contó con la presencia del secretario regional socialista, que no se trata de un dirigente regional cualquiera, sino de César Luena, que ha sido brazo derecho de Sánchez durante todo su mandato como secretario general. Dato muy significativo. Luena está con Patxi.

Sánchez además demostró no identificar a sus adversarios. Dijo que el PP estaba muy nervioso temiendo su victoria. Va a ser que no. Los nerviosos son Susana Díaz, Patxi López y la mayoría de los socialistas, que no olvidan que Sánchez les ha llevado de derrota en derrota  hasta que no hubo más remedio que echarle  so pena de desaparecer. 

En el Partido Popular no inquieta Pedro Sánchez, porque Mariano Rajoy tiene la sartén por el mango si llega a darse ese escenario: si ganara Sánchez  y vuelve a hacer de las suyas impidiendo la gobernabilidad con el noesno, Rajoy no tiene más que convocar elecciones. Y a ver qué pasa entonces si el PSOE se presenta a esas elecciones con Sánchez de candidato. Puede incluso superar su propio récord y lograr peor resultado que el peor hasta ahora conseguido.

El error de Sánchez, una vez más, es no ver lo que ocurre aunque lo tenga delante de sus ojos. La mayoría de los socialistas han pasado página y quieren una oposición firme de izquierdas… pero sensata.

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