Opinión

Exhumación y democracia

Hay tuits ante los que hay que contenerse para no llevarse las manos a la cabeza. Por ejemplo, el del presidente  de gobierno escrito al poco de que el Congreso aprobara el decreto ley de la exhumación de los restos de Franco sepultados en el Valle de los Caídos.  Para Pedro Sánchez, la exhumación  es “un paso histórico” y “nuestra democracia mejor”. La exageración o el exceso de triunfalismo hacen caer en el ridículo a personas relevantes, y este “histórico” 13 de septiembre que convierte a España en más democrática que lo que era en días anteriores coloca al  presidente  en la lista de los que no ponen límite a la exageración y pueden provocar estupor,  irritación … o un ataque de risa.

Sánchez es hombre joven, pero con edad suficiente como para saber cuáles son las fechas que pasarán a la historia, y desde luego no lo es el día que se aprueba la exhumación de los restos de Franco. Él mismo seguro que ya tenía uso de razón algunos de la docena de días verdaderamente históricos que se han vivido en los últimos cuarenta años.  En cuanto a que ahora es más democrática, habría que preguntarle al presidente si bajo su mandato  se ha avanzado más en valores democráticos que en tiempos de Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero, por mencionar solo a los jefes de gobierno que pertenecen a  su partido. Y si sabe de verdad cómo se jugaron el tipo Adolfo Suárez,  o los dirigentes políticos de la Transición, con el Rey Juan Carlos a la cabeza, para convertir una dictadura en una democracia.

Si un solo familiar de una sola de las 30 mil víctimas de los bandos de la guerra civil no quería que su padre, hijo, hermano o abuelo compartieran lugar de sepultura con el dictador,  valía la pena plantearse el traslado de sus restos a otro lugar.  González apostó por la reconciliación, que es tan buena y tan democrática como la decisión de ahora de exhumar el cadáver de Franco, pero al menos Sánchez debería reconocer que esa reconciliación tuvo infinitamente más valor que el decreto ley que ha aprobado ahora el Congreso;  porque  en tiempos de Felipe vivían los que sufrieron  esa guerra  y las heridas estaban en carne viva en los dos bandos, porque en los dos bancos hubo sufrimiento, muerte … y salvajadas,  por eso González apostó por cerrarlas cuanto antes y evitar que el resentimiento y las culpas enturbiaran el éxito que supuso la llegada de la democracia. 

 ¿Que Sánchez ha preferido abrir las heridas contentando sobre  todo a las víctimas  del bando republicano? En su derecho está. Pero  su triunfalismo solo se puede  justificar si se comprende que en su situación de debilidad,  de algo tiene que presumir cuando se encuentra imposibilitado de gobernar como un presidente debe gobernar:  con soluciones para abordar los problemas de verdad  acuciantes.

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