Opinión

La fecha

El Comité Federal del PSOE aprobará este sábado la fecha del congreso del partido, que previsiblemente será a mediados de junio como siempre quiso el presidente de la Gestora. Necesitaba tiempo el PSOE para sanar las heridas, profundas; también para que se serenaran los ánimos, que la militancia y dirigentes se acostumbraran a una nueva forma de llevar el partido… y tiempo para ver qué ocurría con Pedro Sánchez, que es la incógnita pendiente de desvelar. No es lo  mismo que decida presentarse, que renuncie al intento de volver a la secretaría general, o  que apoye a un candidato que no sea Susana Díaz. Porque todo apunta a que Susana Díaz ha dejado de pensárselo, aunque no anunciará el paso adelante hasta  que considere que es el momento propicio para hacerlo.

Fijar la fecha desarticula operaciones, casi todas ellas de grupos supuestamente cercanos a Sánchez aunque Sánchez no ha pronunciado una sola palabra de apoyo público a esas plataformas que utilizan su nombre. Buscan  movilizar a la militancia recordando permanentemente que Sánchez está ahí, tiene futuro y fue desalojado traidoramente de la secretaría general a la que merece volver. Esos grupos han mantenido hasta ahora la tensión exigiendo que el congreso se celebrara ya, dentro de dos meses, pero la Gestora no estaba por la labor. Ni Susana Díaz, ni la mayoría de los barones regionales. Ni tampoco algunos de los miembros del  antiguo equipo de Sánchez, que ya  no le consideran la persona adecuada para dirigir el partido. No se trata de chaqueterismo de conveniencia, aunque puede haberlo en algún caso, pero  mal que le pese al ex secretario general algunos de sus más firmes colaboradores llevaban tiempo diciendo en privado que Sánchez tenía que haber dimitido ente el primer resultado electoral nefasto, y más  aún después del segundo todavía peor que el primero. Como  afirmaban desde diciembre del 15 que lo inteligente era permitir que gobernara Rajoy y después, desde una oposición firme, tratar de potenciar un partido que necesitaba  cambio urgente de rumbo si pretendía mantenerse como el principal referente de la izquierda. Que es precisamente lo que ha hecho Javier Fernández estos meses:  apaciguar ánimos, buscar ententes con el PSC porque las relaciones eran ya las de un matrimonio mal avenido, permitir el gobierno de Rajoy y negociar con ese gobierno iniciativas que serían bien recibidas por la ciudadanía, que no puede permitirse más paralizaciones legislativas que impiden tomar decisiones absolutamente necesarias para que el país siga adelante.

La Gestora ha dado un paso importante al no dilatar más el anuncio de la fecha al llevar la propuesta al comité federal. 

Llega ahora la segunda fase de la peripecia socialista: ver quién o quiénes se postulan para salir de ese congreso con el título de secretario general en la mano, ganado en unas primarias.  ¿Se presentará  Sánchez? Quienes hablan con él aseguran que todavía no lo sabe ni él mismo.

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