Opinión

El futuro de Ciudadanos

El congreso de Ciudadanos se ha salvado sin sobresaltos. Sin penas pero también sin glorias. Rivera no tenía rival, nunca lo tuvo aunque se produjo algún conato de disputarle las primarias los días previos, y   aunque se vivió cierta polémica con el debate en torno a la socialdemocracia o el liberalismo, Girauta lo despachó con una intervención eficaz que deja atrás el sesgo socialdemócrata  que algunos preferían

. El resultado se preveía desde tiempo atrás, aunque no fuera más que por la decisión de formar parte del grupo liberal en el parlamento europeo, toda una pista de por dónde iban los tiros.
Cuestión aparte es qué va a ocurrir en el futuro de Ciudadanos. Un porcentaje alto de sus votantes proceden del PP, y se vio en las segundas elecciones que regresaron a su partido de origen tras el pacto de Rivera con Pedro Sánchez; gran parte de los cuadros pertenecen a UPyD, lo que da cierto aire de amalgama a un partido que además pacta a derecha o izquierda pretendiendo afianzar su imagen de bisagra. Cuando no lo es. Un partido es bisagra cuando, gracias a sus apoyos, el que gobierna suma los escaños suficientes para la mayoría, que no es el caso al menos para el gobierno central. La prueba es que Rajoy alcanzó acuerdos con otros partidos para ser investido presidente, y desde que lo es ha pactado con el PSOE porque con los votos de Ciudadanos no le alcanzaba para sacar adelante sus iniciativas parlamentarias.

En esa posición de fragilidad, Rivera haría bien en espabilar y asumir responsabilidades de gobierno, aunque quizá llega demasiado tarde. Tanto Susana Díaz primero como Rajoy después le ofrecieron consejerías y ministerios para Ciudadanos, y no quiso Rivera. Sigue empeñado en no aceptar cargos de gobierno hasta la próxima legislatura y centrarse en adquirir experiencia parlamentaria, pero se equivoca:  los votantes de centro, que son los suyos, suelen querer candidatos con trayectoria, con experiencia de gestión, que se hayan batido el cobre en la gobernanza, que es la mejor escuela para un político, tanto en el gobierno central como en los autonómicos y municipales. Por otra parte, nadie puede prever  el resultado de las próximas elecciones, y es posible que Ciudadanos no se encuentre en la misma situación de ahora y no le alcancen los votos, los escaños y los concejales para convertirse en  socio indispensable de quien pretenda formar gobierno.

Rivera debió aceptar  las  propuestas de  que personas de Ciudadanos asumieran  cargos de gobierno. Era la manera de aprender pero, también, de tener presencia constante por su trabajo de gestión y no como ahora, que las noticias sobre Ciudadanos solo se centran en su grado de seguidismo hacia las iniciativas  que promueve Rajoy.

Ciudadanos tiene los ojos puestos en el 2019,  año de elecciones municipales y autonómicas.   Demasiado tiempo. Tendría que fajarse mucho antes para que los votantes le vieran como político de gobierno.
 

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