Opinión

Herrera

Juan Vicente Herrera es un referente en el partido. Un hombre que importa tanto que no logra dejar la política activa a pesar de que en el 2011 y en el 2007 ya intentó –sin éxito- no ser candidato a la presidencia del gobierno de Castilla y León, y si lo ha hecho ahora es porque ha sido tanta insistencia de Rajoy, tanta, que no pudo negarse a la súplica de su presidente y amigo. pero todo el mundo conocía lo que tenía en mente: no completar la legislatura y dar protagonismo a alguien de su confianza para que en un momento determinado a nadie sorprendiera la sustitución cuando emprendiera el camino de retirada

Herrera ha dado a entender en una entrevista a Carlos Alsina que no descarta renunciar a la investidura. y a la pregunta de si Rajoy debía renunciar a ser candidato respondió con una frase que ha provocado múltiples interpretaciones y todas concluyen en lo mismo: Rajoy debería dar paso a una nueva generación. Aunque Herrera no escatimó elogios políticos y personales al presidente.

Que concrete su renuncia es algo que está en manos solo del que ha sido presidente de los castellano leoneses en los últimos catorce años, pero es evidente que ha abierto una espita por la que pueden salir del partido nombres muy relevantes en la historia del PP. Es impensable que dirigentes como Fabra, Barberá, Teófila Martínez si no es reelegida alcaldesa, o Luisa Fernanda Rudí, se mantengan como líderes de la oposición de las instituciones que gobernaron; Monago tiene un carácter que le permite estar en la oposición, y además puede mirarse en el espejo de Fernández Vara, que después de presidente ejerció de líder de la oposición y volverá a ser presidente de los extremeños. En cuanto a Cospedal, si no logra continuar como presidenta tiene la alternativa de dedicarse full time a la secretaría general, donde se necesita trabajar a destajo.

Herrera, en cierto sentido, ha dado el pistoletazo de salida de una generación del PP que no ha podido mantener sus resultados tras un primer gobierno de Rajoy muy complicado, porque llegó a Moncloa con una crisis de dimensiones inconmensurables. y que por las razones que se han analizado estos días hasta la saciedad, no ha conseguido que la “marca pp” genere confianza, de forma que el voto se ha ido a partidos sin trayectoria, con programas demenciales en muchos casos, y dirigentes demagogos y populistas. Lo que indica el hartazgo de los españoles hacia este modelo del PP.

Mariano Rajoy tendrá que hacer un esfuerzo ímprobo si pretende ganar nuevamente las generales. Le toca poner en marcha el relevo generacional... pero sin que se escapen algunos de los nombres más significativos del partido. Aunque no sea más que para impedir la imagen de que el barco se hunde y hay que saltar fuera cuanto antes. 

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