Opinión

La batuta

La señal de alerta la hace un conocido socialista, de larga trayectoria y con experiencia de gobierno. En honor de la verdad hay que señalar que no es precisamente un seguidor incondicional de Pedro Sánchez,  en las primarias prefería a Susana Díaz aunque tampoco era un fanático defensor de la presidenta andaluza. Pero apunta algo que, por venir de quien viene, no se puede echar en saco roto porque nuestro hombre conoce muy bien el PSOE por dentro:  un número considerable de socialistas considera que se está asentando la idea de que el presidente no lleva la batuta.  Quienes marcan el paso son su ex asesor y ahora jefe de gabinete Iván Redondo,  y  Pablo Iglesias.

Posiblemente no todo el PSOE tiene esa percepción, entre otras razones porque entusiasmados por verse nuevamente en el gobierno no están dispuestos a hacer la menor crítica al presidente; pero sí es cierto que sorprende que un asunto tan relevante como preparar el terreno para establecer un diálogo constructivo con los independentistas catalanes lo haya llevado  el dirigente Podemos, y que varias propuestas de tipo social del gobierno formasen parte del programa de Podemos. Si no fuera así y salen directamente del equipo de Sánchez, entonces tendrá que plantearse el presidente si acierta con su forma de presentar sus iniciativas, porque  es evidente que Pablo Iglesias se está poniendo importantes medallas y, a lo mejor,  son medallas que no le corresponden.

Además de que fue Iglesias el primero que se entrevistó con el presidente de la Generalitat cuando Sánchez se convirtió en presidente gracias a la moción de censura -moción que fue idea de Iglesias, por cierto- ahora se ha sabido que también el líder de Podemos se ha encargado de mover los hilos adecuados para proceder al relevo en la presidencia de RTVE. Un cargo fundamental para cualquier jefe  de gobierno,  desde ese puesto se influye más políticamente que cualquier ministro incluídos los llamados ministros de Estado. Es la razón de que Sánchez se haya apresurado a firmar el decreto ley que permitía que el nuevo nombramiento se pudiera hacer de forma inmediata.

Se han descartado nombres que gustaban a los socialistas pero no a Iglesias, y ha entrado en liza un nombre que gustaba mucho a Podemos pero no tanto a los socialistas, aunque se plegaban a los deseos podemitas; aunque finalmente  ha sido el PNV el que se ha plantado advirtiendo que ellos no votarían al candidato que tanto gustaba a la izquierda radical.

Sánchez está muy satisfecho de su estatus,  de sus relaciones internacionales y  de los proyectos en marcha. Cree firmemente que va a enderezar  problemas de difícil solución y que  estará en condiciones de presentarse a las elecciones con un grado de aceptación muy alto. Falta mucho para esa fecha, pero tendría que estar atento a  los movimientos de los otros porque,  de momento, es Pablo Iglesias el que aparece como “gran hacedor”.

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