Años ha, en aquel plan de estudios de bachillerato y PREU, tan denostado y que sin embargo da mil vueltas a los que le han sucedido, había unas asignaturas que se llamaban “las marías”, que comprendían religión, gimnasia y, en tiempos muy remotos, formación del espíritu nacional.
Se aprobaban sin demasiado esfuerzo aunque algún profesor con afán de protagonismo se empeñaba en poner dificultades; pero las que importaban eran matemáticas, física y química, literatura, geografía, historia y lengua. En el mes escaso que lleva en el gobierno, Pedro Sánchez se ha convertido en el rey de “las marías” -solidaridad, igualdad, medio ambiente-, pero en cuanto ha tenido que abordar asuntos de relevancia, ha pinchado en hueso. Incluso la ministra de Educación se ha sumado a la estrategia de potenciar “las marías” y su primer gran anuncio ha consistido en reavivar la necesidad de incluir en los planes de estudio una asignatura sobre valores cívicos. Existía antaño, aunque el nombre no era ese sino urbanidad. Y más recientemente se planteó también con otro nombre en tiempos de Zapatero, y provocó no poca polémica.
A los presidentes se les suele dar cien días de gobierno de confianza, pero la cosa pinta regular. No hay un solo asunto de envergadura que Pedro Sánchez haya abordado seriamente desde que asumió el cargo, pero sin embargo no hay día en el que no saque a la palestra alguna iniciativa que provoca titulares y le permite potenciar su buscada imagen de presidente de los desfavorecidos. Que está muy bien, es algo además que no solo debe ser patrimonio de la izquierda sino de todas las ideologías, pero este país no anda como para que se aplacen problemas peliagudos mientras el presidente se dedica a cuestiones que no necesitan tanta urgencia. Con un agravante, que cuando ha decidido abordar un asunto de enjundia, como es el nombramiento del presidente de RTVE -de enjundia sobre todo para el que gobierna, pues es su más potente medio de propaganda- comete un verdadero fiasco. Por dejarlo en manos de otro partido, Podemos, y por los nombres elegidos. Se quejaban de que el PP colocaba a afines y no les faltaba razón, pero comparados con los que se manejan ahora eran neófitos.
No se ha tomado todavía ni una iniciativa sobre el independentismo catalán, en materia económica se están culminando proyectos del gobierno anterior, se filtran posibles medidas fiscales para ver cómo respira la gente, en política exterior no hay cambios de momento, y en Justicia se anuncia acercamiento de presos etarras pero no excarcelación; que es lo que estaba en estudio por parte del gobierno de Rajoy, aunque pretendía pactarlo previamente con las víctimas y hacer una reflexión con ellas sobre la necesidad de no recibir un revés por parte del tribunal de Estrasburgo.
Un mes no es mucho tiempo para tomar decisiones drásticas, pero algún asunto relevante, al menos uno, ya se podría ir abordando…